Otra vez el raterismo se ensañó contra el Cementerio de Plaza Huincul, del que se llevaron placas de distintas tumbas, una costumbre delictiva que no produce mucha rentabilidad, pero sí un daño tremendo en la sensibilidad de familias y deudos.
Fue el encargado de la necrópolis quien denunció el robo en la Comisaría Sexta de esa localidad de la Comarca Petrolera, el martes último. Y aquí una llamativa coincidencia: dijo que se llevaron unas treinta, la misma cantidad que robaron en abril de este año.
Fuentes policiales señalaron que esas placas son de cobre, bronce y plomo; y agregaron que estos delincuentes de escasa monta (cultores del pillaje), suelen fundirlas para luego proceder a su venta.
Los ataques al cementerio no son nuevos. Como se dijo, este año los amigos de lo ajeno ya se habían ensañado contra bóvedas y tumbas, amparándose en las sombras de la noche y las aparentes debilidades del sistema de seguridad.
(De colaboradores propios)