Se llama Sonia Rebeca Soloaga, tiene 35 años, es policía, y será enjuiciada, acusada de torturar y asesinar a un matrimonio, para robar entre 70 y 80 mil dólares, con el propósito de pagar con ese dinero un viaje a Disney con su hija.
Soloaga, según los fiscales acusadores, mató a Alberto Antonio Chirico, y a María Delia Speranza, de 71 y 63 años, el 11 de junio del año pasado. Colaboró con ella otro policía porteño, Diego Alberto Pachilla. En ese entonces, eran pareja, y trabajaban en la comisaría 9C de la ciudad de Buenos Aires.
La fiscal que investigó el caso es Estela Andrades. Sus conclusiones dan miedo. Y hablan claramente de premeditación, planificación, y ejecución con alevosía.
La funcionaria judicial dice en su presentación que la asesina prestaba servicios en una parada, en la calle, cercana al domicilio de sus víctimas. De tanto estar allí, comenzó a establecer una relación. El matrimonio le permitía usar el baño. Le invitaban café. Y hasta comía a veces con la pareja.
Esa relación fue la que permitió conocer que el matrimonio guardaba en su casa una importante cantidad de dinero. En dólares y en pesos. Los propios asesinados le confiaron el dato. En la confianza y pidiendo, a su vez, una especial seguridad.
La traición fue perversa y cruel. Soloaga utilizó la confianza y la información para tramar su propia historia, apuntando al viaje a Disney que jamás hubiera podido pagar, para su hija.
Según la fiscal, las víctimas "fueron golpeadas fuertemente en sus cabezas (a culatazos), lo que le permitió (a la policía Soloaga) obtener el dinero en cuestión, que se hallaba escondido en diferentes sectores de la casa", entre ellos "una caja de leche marca 'Verónica', una caja de 'Maicena' ubicada en la alacena, un caño plástico con dos tapitas y una caja de zapatillas".
El matrimonio fue ejecutado por Soloaga de un disparo en la cabeza cada uno, "aplicado desde atrás mientras se hallaban indefensos boca abajo". La policía utilizó como silenciador "un almohadón de color bordeaux".
La clave para vincular a Soloaga con el doble crimen, estuvo en la denuncia que la propia imputada formuló ese 11 de junio por la tarde en la comisaría 7ª. Aseguró que la habían asaltado, y que le habían robado 300.000 pesos en efectivo, y su arma reglamentaria, cuando circulaba con su auto por Flores, camino a hacer un depósito para pagar el viaje del cumpleaños de 15 de su hija.
Lo que llamó la atención de los investigadores es que la misma mujer policía que solía cubrir la parada del domicilio del matrimonio asesinado y que tenía relación con ellos, había denunciado que la asaltaron, que disparó dos tiros -misma cantidad de vainas 9 milímetros recolectadas de la escena de crimen-, y que le habían robado el arma y 300.000 pesos.
Además, cuando inspeccionaron su vehículo, la policía encontró 70.850 pesos guardados en la campera del uniforme de Soloaga.
Para la fiscal Andrades, el móvil del doble crimen fue la deuda que Soloaga tenía que saldar para poder pagar el viaje a Disney por el cumpleaños de 15 que su hija adolescente iba a hacer el 14 de julio. La empresa "Fun Time" informó que, a la fecha de los hechos, Soloaga debía la suma de 6.021 dólares (276.000 pesos al cambio de esa fecha).
Nadie le creyó a la policía Soloaga. El viaje a Disney de su hija de 15 años, que hubiera estado financiado por la sangre de dos inocentes, no se hizo. El juicio no tiene fecha todavía.
(Fuente y foto: Agencia Telam)