Claudio Rodolfo Kielmasz, el único condenado por el triple asesinato de las chicas de Cipolletti en 1997, sumó otro revés en la Justicia que pone en duda la posibilidad de que se le conceda la libertad condicional en un futuro cercano: le rechazaron un hábeas corpus por el que pidió se le entreguen nuevos lentes para leer.
Está detenido en el penal federal de Senillosa y los informes psicológicos le fueron sistemáticamente adversos en cuanto a un mejoramiento de su salud mental. Sus rasgos psicopáticos parecen no haber desaparecido de su personalidad y por eso le fueron negados los pedidos de salidas transitorias o de prisión domiciliaria por la pandemia de coronavirus.
El último recurso presentado por Kielmasz fue para que se le entreguen nuevos anteojos recetados para leer. Interpuso un hábeas corpus que este jueves 11 fue rechazado “in limine” por el juez.
La Unidad de detención había pedido los antejos para Kielmasz el 16 de marzo y hasta el momento no le habían sido entregados. Si bien el juez consideró que esa situación no agrava las condiciones de detención, sugirió a las autoridades del penal que reiteren la solicitud.
Kielmasz fue condenado en 2001 a 25 años de prisión como partícipe primario de los asesinatos de las hermanas Paula y María Emilia González y de Verónica Villar, ocurridos en septiembre de 1997 en Cipolletti.