Un insólito hecho ocurrió en pleno centro de la ciudad chubutense de Trelew. Un preso con salidas transitorias debía regresar al Instituto Penitenciario Provincial (IPP), sin embargo, nunca llegó, ¿El motivo?: se fue a bailar.
Durante un control de rutina en el local bailable ubicado en el Pasaje Tucumán al 200, los efectivos lo reconocieron pese a que “el fugado”, había cambiado su fisonomía. Hubo persecución, pero lograron recapturaron.
De acuerdo a lo publicado por los medios locales, el hombre se había cortado el cabello, tenía nuevos tatuajes, lentes y otros accesorios destinados a pasar desapercibido y mantenerse prófugo.
Quedó detenido y fue trasladado, en primer lugar, a la comisaría y luego nuevamente fue alojado en la cárcel para que cumpla con su pena (no trascendió el motivo por el cuál se encuentra privado de su libertad).