Paola Aravena es dueña del kiosco ubicado en el microcentro de Cinco Saltos, en Río Negro. Precisamente, el local se encuentra en Avenida Roca y Sarmiento, y se ha convertido en el blanco de la delincuencia e inseguridad de la zona.
En comunicación con 24/7 Canal de Noticias, afirmó que - actualmente - toda la recaudación de los largos días laborales, es destinada al pago de seguridad privada durante las noches, ya que no obtiene la protección y respuestas que desea por parte de la Policía. Además, el dinero va al pago de reparación de vidrios y al herrero que debió contratar para la colocación de rejas.
Como si fuera poco, la mujer afirmó que dos de los tres robos que se cometieron en el lapso de diez días, fueron protagonizados por el mismo hombre. "Recién esta mañana se comunicó la Policía con nosotros y nos dijo que este hombre está imputado, pero no está detenido", lamentó. Además, contó que en una de las oportunidades, un grupo de menores de edad aprovechó la situación para ingresar al kiosco y robar mercadería.
"El primer robo lo tuvimos en febrero. En ese momento no teníamos cámaras, ni alarma, así que fue un hecho más", comenzó a relatar la víctima. "El 1 de octubre (ya con cámaras y alarma instaladas) nos llamó la Policía para decirnos que la gente que pasaba por el lugar había visto los vidrios rotos. Cuando llegamos nos dimos cuenta que habían usado el mismo modo que en febrero... Patearon la puerta, rompieron el vidrio y se llevaron dinero en efectivo que había sido recaudado en el día", agregó.
En esa oportunidad, durante el primero de los tres robos que sufrieron en diez días, fue que apareció el grupo de menores. Según afirmó la mujer, "eran menores que salían de un cumpleaños de 15, ingresaron y robaron mercadería".
Dos días después, un miércoles por la madrugada, sucedió algo similar. "Nos volvió a pasar lo mismo. Volvieron a entrar a robar, pero esta vez nos rompieron el lado lateral del local. Y, el domingo, para el Día de la Madre; nos robaron otra vez. Ese domingo fue a las 8:20 de la tarde y fue el hombre que ya había entrado a robar rompiendo la puerta. Esa segunda vez ingresó al local y amenazó con un cuchillo la joven que estaba de turno, y le robó lo que había recaudado", comentó Aravena.
La dueña del kiosco contó, también, que en una de las oportunidades se llevaron tan solo $2.000. "Es más el daño que hacen que lo que pueden robar", lamentó.