Pedro Rafael Acuña, de 39 años, es el principal sospechoso de matar de cuatro puñaladas a su esposa delante de sus hijos. Él intentó suicidarse, pero lo salvaron a tiempo. Luego de 48 horas en terapia intensiva, despertó y habló. El hombre ya había sido acusado de violencia de género y hasta le habían ordenado la exclusión del domicilio, pero Marisa Galdame (29 años) retiró la denuncia y le dio una nueva oportunidad.
El estado de salud de Acuña es grave. Su pronóstico es un tanto más alentador del que tenían los médicos cuando lo encontraron tirado en el piso, agonozando con un cuchillo entre sus manos y en medio de un mar de sangre. Tenía una puñalada en el abdomen, que le perforó el higado y otro corte a la altura de la yugular, por el que casi se desangra.
Él estaba con vida, en cambio Marisa estaba tirada boca abajo en el piso. Tenía al menos cuatro puñaladas. El informe preliminar de autopsia al que Mejor Informado tuvo acceso en exclusiva, indica que murió por la perforación de la vena cava superior. Un puntazo por la espalda en el medio de los dos pulmones le produjo la herda mortal.
El hecho ocurrió el pasado lunes a la madrugada, en una pequeña y humilde casa del asentamiento Islas Malvinas de Allen. Los dos hijos de la pareja presenciaron el crimen y salieron corriendo de la vivienda para pedirle ayuda a un vecino, que fue quien alertó a la Policía.
Tras 48 horas con pronóstico reservado y en coma inducido, los médicos de terapia intensiva del hospital Ernesto Accame de Allen lograron estabilizarlo. La fiebre bajó y las transfusiones de sangre cumplieron su objetivo. Este mediodía lograron extubarlo y pudo respirar por sus propios medios.
Esta novedad médica fue informada al fiscal Ricardo Romero, quien ayer solicitó que permanezca como detenido aún sin haber sido acusado. Es que por su estado de salud no podía estar presente en la audiencia de formulación de cargos, y que deberá esperar su evolución.
Junto con el parte médico, el fiscal también recibió un mensaje de los medicos: "Dice que no se acuerda nada". Es que luego de extubarlo y bajarle las dosis de sedantes, Acuña recuperó la conciencia. Preguntó dónde estaba y qué le había pasado, y más tarde aseguró que no se acuerda lo que pasó con Marisa.
Aunque lo que pueda decir en la sala de un hospital no es relevante para la causa, es importante su recuperación. Es que con él vivo y en estado de conciencia, es la única manera de que pueda ser acusado por el crimen. También fue informada de la situación la defensora oficial Mariana Serra, quien en la audiencia de ayer solicitó que se le informe de cualquier novedad sobre su defendido para saber si continuará ejerciendo esa tarea.
Ahora, desde la fiscalía deben notificarlo de la causa abierta en su contra, como presunto autor del crimen de su esposa, el delito más grave del Código Penal, que en caso de ser considerado culpable en un juicio, sólo tiene como pena la prisión perpetua. De acuerdo con su evolución, y a las indicaciones médicas, el fiscal Romero podrá solicitar la formulación de cargos donde lo acuse de femicidio.