La inseguridad en Río Negro es moneda corriente en cualquier ciudad. La falta de personal y de patrulleros hace casi imposible la labor de prevención de los policías. Los ladrones lo saben y aprovechan las falencias para dar golpes a cualquier hora del día casi con la tranquilidad de mantener la impunidad. Sin embargo la suerte no estuvo del lado de un delincuente que fue atrapado justo cuando intentaba robar una bicicleta y los vecinos le dieron una verdadera paliza para hacer justicia por mano propia.
El hecho, que quedó registrado en la grabación de un celular, y se puede ver con claridad como los vecinos del barrio 56 viviendas y del 11 de Noviembre de Allen, descargan su bronca sobre el delincuente que estaba tendido en el piso sin poder escapar. Una lluvia de piñas y patadas cayó sobre el hampón hasta que se hizo presente la Policía.
En el video se puede ver como un hombre enfurecido lo tiene inmovilizado. Con el antebrazo le presiona el cuello y con la otra mano le pega fuertes piñas en la cara, mientras el delincuente trata de manera desesperada escapar, sin poder hacerlo.
También se escucha como el vecino le reprocha los robos que sufren a cualquier hora del día. "¿A dónde entregan las bicis, en lo del narco?", haciendo referencia a que luego de robar entregan el botín a las manos de algún vendedor de drogas.
Aunque no se puede establecer con certeza, por los gritos de fondo que se escuchan, se cree que una decena de personas salió de sus casas y se involucró en el caso. Incluso, se aprecia con claridad como, entre trompada y trompada, otra persona que permanece parada, le pega patadas en la cara y la cabeza al delincuente.
Entre tantas acusaciones y golpes, el ladrón jura que él no robó nada. Lo que produce una mayor bronca en los vecinos, que le reprochan que lo vieron y que hasta lo tienen grabado. La situación de extrema violencia termina cuando comienzan a escucharse de fondo las sirenas de la Policía que se acercaba al lugar.
Las víctimas hacen referencia a que entre los dos barrios hay un importante montículo de tierra, que es utilizado por los ladrones como trinchera y desde allí hacen trabajo de inteligencia sobre las distintas casas. Una vez que se aseguran que no hay nadie dando vueltas por las calles y cuando los dueños salen, aprovechan para ingresar y roban cualquier cosa que queda en los patios.
"Empezamos a cuidarnos entre nosotros. Nos roban las bicicletas, motos", se justificaron los vecinos en el Diario de Allen. También manifestaron su bronca contra el municipio para que remuevan el montículo de tierra. Hacen referencia que sorprendieron a tres jóvenes escondidos detrás y sólo pudieron atrapar a uno de ellos.