La Justicia Federal solicitó la colaboración de la Policía provincial para dar con el paradero del narco paraguayo Alexis Torales Portillo. Los mismos que lo detuvieron el pasado sábado en un operativo y lo tuvieron que liberar porque ningún fiscal tramitó con la premura del caso la orden de requisa del Peugeot 3008 lleno de cocaína que manejaba. Mientras, desde el Ministerio Público Fiscal o de la Justicia neuquina, nadie explica qué fue lo que pasó.
El sábado, cerca de las 15, una patrulla de la Comisaría 3° alcanza a ver cómo, a la vera de la vía, sobre 12 de Septiembre casi Saavedra, una persona amenaza a otra con un arma de fuego. Cuando se aproxima al Peugeot 3008, el auto emprendió una rápida huida. Recién lo pudieron atrapar en Blanca y Genco en el barrio Almafuerte 2. Fueron casi 8 kilómetros de persecución hasta que pudieron acorralarlo.
El conductor del vehículo presentó un DNI de extranjero, reconoció ser paraguayo y que está radicado en la toma 10 de Febrero en Cipolletti. Por resistencia a la autoridad fue demorado e inmediatamente le dieron aviso a la fiscal de Turno. También le solicitaron la orden de requisa. Hasta ese momento, el único delito del que era sospechoso era de tenencia de arma de fuego, aunque a simple vista no pudieron hallarla.
Ante la demora en la habilitación para revisarlo, que debía gestionar la fiscal Noelia Stillger ante la jueza de Garantías, desde la Policía resolvieron trasladar el auto hasta la Comisaría del barrio El Progreso, donde quedó secuestrado en la puerta, con las respectivas fajas de seguridad. Las horas pasaron y el plazo que estipula el Código Procesal Penal de Neuquén se cumplió, y sin causas pendientes en la Justicia neuquina, Torales Portillo quedó libre.
Pasó todo el domingo sin que llegara la orden de requisa que recién apareció el lunes. La jueza Carina Beatriz Álvarez habilitó a los pesquisas a que, en compañía de testigos civiles, abrieran y revisen el Peugeot 3008 gris oscuro patente MUR-782, estacionado en la puerta de la comisaría. El problema surgió cuando, además del arma, encontraron ladrillos de cocaína por todo el auto. Recien cuando apareció el primer paquete se convocó al personal antinarcóticos y también le informaron al Ministerio Público Fiscal. Nunca existió una comunicación directa entre la Policía y la Justicia Federal.
Allanamiento en Cipolletti
Tras encontar los 37 kilos de cocaína, intentaron recapturar a Torales Portillo, pero no lo encontraron. Al ser detenido brindó un domicilio de la Toma 10 de febrero de Cipolletti, donde se hizo trabajo de vigilancia. También lo hizo de oficio la Policía de Río Negro. Recién ayer por la tarde se emitió la orden de allanamiento, pero no estaba. En la casa, sólo estaba su pareja, también paraguaya. La Policía neuquina secuestró una DVR con las grabaciones del último mes de las cámaras de seguridad que fueron enviadas a la Justicia Federal para su análisis. Tambien 250 mil pesos en efectivo.
Los investigadores recurrieron al sistema de búsquedas de personas y se descubrió que el paraguayo narco tenía un pedido de averiguación de paradero pendiente de la Justicia Federal de Roca, donde tenía pendiente una causa por documentación trucha iniciada en agosto de 2022, cuando lo encontraron al mando de una Toyota Hilux con la tarjeta verde adulterada. En aquel momento dijo que vivía en Fernández Oro, pero nunca más lo pudieron ubicar.
Al tener un pedido de averiguación de paradero, al momento de la detención, el pasado sábado, la Policía se tendría que haber puesto en contacto con el Juzgado Federal de Roca, y ellos decidir qué hacer con el paraguayo. Pero al parecer nadie lo hizo. Esto hubiese alcanzado para tenerlo detenido algunas horas más, a la espera de la ansiada y demorada orden de requisa.
No hay registros de su salida del país
Torales Portillo sabía que el hallazgo de la droga era una cuestión de tiempo, así que apenas pisó la vereda de Antártida Argentina 2400, empezó a ejecutar su desaparición. Sin una orden de captura vigente, podría haber salido del país por cualquier paso internacional, pero hasta ayer no habían registros de su paso por algún control fronterizo.
En el listado de tránsito migratorio figura que el 20 de agosto de este año, el paraguayo salió del país por la Triple Frontera. Lo hizo por el puente Tarcredo Neves de Puerto Iguazú, en un Renault Sandero patente AE-835-GI radicado en la provincia de Buenos Aires a nombre de otro paraguayo con algún grado de parentesco, de apellido Escobar Torales.
Aunque la orden de detención se libró tres días después del secuestro del auto, los investigadores confían en que aún puede estar en la región. Es que no le será tan fácil la vida en la clandestinidad. Si bien debe tener una buena cantidad de dinero, no son muchas las personas que le podrían dar protección. Y menos los capos que le proveyeron la cocaína. Es que el cargamento encontrado dentro del Peugeot 3008 tiene un dueño que pagó unos 300 mil dólares y ahora Torales Portillo deberá dar explicaciones del botín secuestrado. Además, su búsqueda abre ventanas de investigación que pone en riesgo a toda la organización.