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Le dio un codazo en un partido de fútbol y ahora deberá pagar 12 millones de pesos

La Justicia consideró que el golpe fue a traición y violó cualquier acción de juego, después de 10 años, el agresor y dos aseguradoras deberán cubrir la indemnización.
Lunes, 11 de noviembre de 2024 a las 16:04

Un partido de fútbol caliente y la testoterona que se apoderó por completo de uno de los jugadores. El violento futbolista encontró en un certero codazo la foma de sobresalir dentro del modesto nivel de un torneo amateur y ahora deberá pagar, junto con al aseguradora y el organizador, 12 millones de pesos más costas e intereses.

La cobarde agresión ocurrió hace más de 10 años en un torneo amateur, de esos que se juegan los sábados en cualquier localidad. En este caso, uno de los 22 jugadores recibió un tan brutal como certero, codazo en la cara. El hombre de 30 años sufrió secuelas físicas y morales de por vida. El feroz golpe a traición, cuando la pelota rodaba por el verde césped, le produjo fracturas múltiples en el hueso maxilar y la región ocular, sufrió el hundimiento de parte del rostro y le sacó un diente. Este lamentable episodio no solo dejó al jugador herido con una importante cicatriz, sino también con una incapacidad permanente del 21%.

El fallo judicial, firmado por el juez José María Iturburu, determinó que el agresor, el organizador del torneo y las aseguradoras involucradas deberán indemnizar a la víctima con más de 12 millones de pesos, más costas e intereses. El único de los demandados que safó fue el dueño del predio, quien demostró que no tenía nada que ver con el torneo y que sólo alquilaba las canchas.

Un codazo deliberado y sin justificación

El ataque ocurrió durante una jugada del partido, cuando el agresor, en un momento de frustración, aplicó un golpe con codo sobre el rostro de la víctima. Los testigos, en su mayoría compañeros de ambos equipos, coincidieron en que fue una acción premeditada, porque al encontrarse de espaldas, pudo ver la aproximación de su oponente, frenó su carrera y lanzó el codazo sin intentar disputar el balón. El juez resaltó que este golpe no fue fruto de un "movimiento involuntario ni un choque casual", sino un acto completamente intencional que violó las normas básicas del deporte.

El atacante intentó defender su accionar alegando que "el fútbol es un deporte de riesgo" y que la víctima, al correr desde atrás, fue la responsable del incidente. Sin embargo, el fallo judicial dejó en claro que no puede considerarse como parte del juego un golpe tan violento. "Tal acción constituye sin dudas una conducta gravemente culposa, que se aparta notoriamente de las reglas del juego", sostuvo Iturburu, quien subrayó que el atacante debía responder por su conducta fuera de lugar.

La responsabilidad del organizador

El organizador del torneo también fue considerado responsable. Según el juez, el fútbol es una actividad inherentemente riesgosa, pero esa condición no exime a los organizadores de asegurar que el evento se lleve a cabo dentro de los márgenes de la seguridad y el respeto mutuo entre los jugadores. En este caso, no cumplió con su obligación de garantizar un ambiente seguro, lo que lo llevó a compartir la responsabilidad por el daño causado.

El papel de las aseguradoras

Otra de las decisiones clave del fallo fue la condena a las aseguradoras involucradas. Tanto el seguro contratado por el torneo como el seguro personal del jugador herido deberán cubrir parte de la indemnización con el monto de la póliza, aunque en ambos casos la demora en la resolución del siniestro fue determinante. Ninguno de las dos compañías respondió dentro de los 30 días estipulados por la Ley de Seguros, lo que, de acuerdo con la legislación vigente, se interpreta como una aceptación tácita de cobertura. Este retraso, que agravó la situación del afectado, fue considerado una vulneración de sus derechos y, por ende, ambas empresas deberán hacerse cargo del pago de la indemnización hasta el límite de sus pólizas.

 

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