Un fatal episodio de violencia vial sacudió a San Pablo. Igor Ferreira Sauceda, un empresario de 27 años, fue detenido y acusado de homicidio doloso luego de perseguir y atropellar a Pedro Kaique Ventura Figueiredo, un delivery de 21 años, tras una discusión de tránsito. El incidente ocurrió en la concurrida avenida Interlagos y fue captado por cámaras de seguridad, proporcionando pruebas cruciales para la investigación.
En las impactantes imágenes, se observa a Ferreira Sauceda conduciendo su Porsche Cayman amarillo a gran velocidad, siguiendo de cerca a la moto de Ventura Figueiredo. La persecución, que según testigos se prolongó por aproximadamente dos kilómetros, culminó cuando el Porsche embistió la moto, causando que ambos vehículos se estrellaran contra un poste de luz.
El desencadenante del trágico suceso fue una acalorada discusión entre el empresario y el delivery. Testigos afirmaron que Ventura Figueiredo habría pateado y roto el espejo retrovisor del Porsche de Sauceda, lo que provocó la furiosa persecución. Lamentablemente, Pedro Kaique Ventura Figueiredo sucumbió a las graves heridas sufridas en el accidente tras ser trasladado de urgencia al hospital.
La familia de Pedro Kaique, profundamente afectada, expresó su dolor y desconcierto ante la pérdida. "¿Un espejo retrovisor vale una vida? Mi hijo está en la morgue y no puedo hacer nada", declaró Alex Figueiredo, padre de la víctima. Pedro, además de realizar entregas en moto, solía ayudar a su padre en el manejo de un micro escolar. "Era un chico lleno de sueños", agregó su padre.
En su declaración a la policía, Igor Ferreira Sauceda alegó que el motociclista cambió bruscamente de carril, cruzándose delante de su vehículo de manera inesperada. Según su versión, el choque fue accidental y no intencionado. Su novia, Marielle Aparecida de Oliveira Campos, quien iba en el asiento del pasajero, corroboró esta versión. Marielle sufrió heridas leves y fue atendida en urgencias.
Inicialmente, el incidente fue registrado como homicidio culposo. Sin embargo, tras analizar las imágenes de las cámaras de seguridad, el jefe policial Edilzo Lima reclassificó el caso a homicidio doloso, argumentando que existían indicios de intención de matar. Además, surgieron acusaciones de que Ferreira Sauceda había amenazado a un exsocio y lo había perseguido con su Porsche una semana antes del choque fatal.