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Murió un abusador, prófugo de la justicia, que vendía golosinas en Cipolletti

Se hacía llamar "Leo", pero era Alfredo Jorge Campanella, acusado de violar a menores. Tenía DNI falso y era buscado por la Justicia de La Plata.
Sabado, 10 de agosto de 2024 a las 15:24

Murió Alfredo Jorge Campanella, en Cipolletti, quien utilizaba el nombre ficticio de "Leo" y estaba prófugo de la justicia, acusado de violar a dos menores. El hombre era conocido por vender golosinas en la intersección de Brentana y Alem, de la mencionada ciudad, mientras utilizaba un DNI falso. 

Según fuentes oficiales, Campanella murió el sábado en el hospital de Cipolletti por problemas cardíacos. En el marco de su fallecimiento, una mujer que lo conocía se acercó al nosocomio para ver sus pertenencias. Fue en ese contexto, que se supo que Leo, no era Leo; y que se trataba del prófugo de la justicia de La Plata acusado de abusar de dos menores de 10 y 11 años en un hotel alojamiento hace cuatro años atrás.

Campanella había sido arrestado en el año 2017 por oficiales de la DDI de La Plata. Estaba en la habitación del hotel San Marco, junto a dos menores que había registrado en el lugar como sus sobrinas (algo que no era cierto). Pero, tras una excarcelación, la Justicia le perdió el rastro y el acusado empezó una nueva vida en Río Negro. 

En medio de la investigación, se supo que en su celular también se encontraron fotos y videos de abuso sexual infantil. Asimismo, se indicó que el hombre captaba a las menores ofreciéndoles golosinas, luego las llevaba a hoteles asegurando que eran sobrinas, las adormecía con sustancias y las sometía sexualmente. 

A Campanella se lo imputaba por abuso sexual con acceso carnal, abuso sexual gravemente ultrajante y corrupción de menores. La pena que le cabía, era de hasta 50 años de cárcel.

En relación a la vida que llevaba en Cipolletti, con falsa identidad, se supo a través de los vecinos que el hombre utilizaba gafas y gorro constantemente, y que era muy conocido en la zona. "Ayudemos al abuelito", decían muchas personas que sentían ternura por el hombre que vendía golosinas en una esquina. Por otra parte, el sujeto decía que se había jubilado después de haber trabajado en un banco y que era de Mar del Plata. 


 

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