Lo que debía ser una operación rutinaria para remover las amígdalas y adenoides de Facundo, un niño de 3 años, terminó en tragedia. El miércoles, tras varios días en estado crítico, el pequeño falleció en una clínica de Entre Ríos. La familia del niño denuncia mala praxis por parte del médico a cargo de la intervención, Guillermo Riolo, quien le habría perforado la arteria carótida durante la cirugía, desencadenando una pérdida masiva de sangre.
El viernes pasado, Facundo ingresó a una clínica privada en la ciudad de Bovril para someterse a la intervención. Según relató su tío, el médico llegó tarde y mantuvo al niño en ayuno por muchas horas antes de realizar la cirugía. Durante la operación, se produjo el daño en la carótida, lo que generó una hemorragia severa. "Un cirujano cauterizó la vena, pero ya había perdido mucha sangre. A pesar de las transfusiones, la situación se complicó", explicó el familiar.
Tras la operación, el médico aseguró a los padres que el procedimiento había salido bien, aunque recomendó trasladar al niño a Paraná debido a la pérdida de sangre. Al llegar al Sanatorio del Niño, el estado de Facundo era crítico.
La familia también denunció que el médico les sugirió realizar la cirugía en Bovril para "acelerar el acceso al quirófano", evitando la espera en Paraná. Además, a pesar de que Facundo contaba con obra social, Riolo habría cobrado 200 dólares adicionales por la operación.
Este caso no sería el primero contra el otorrinolaringólogo. Apenas unos días antes, otra denuncia fue presentada en su contra por un hombre de 35 años que se sometió a una cirugía de reconstrucción nasal. La abogada de esta víctima asegura que su cliente quedó con el rostro desfigurado, además de perder la capacidad de hablar, respirar y tragar con normalidad.
La familia de Facundo ya presentó una denuncia formal por mala praxis y pidió que se suspenda la licencia médica de Riolo hasta que se esclarezcan los hechos.