Lo que parecía ser una sencilla tarea doméstica terminó en tragedia cuando Barry Griffiths, de 52 años, falleció al apuñalarse accidentalmente en el abdomen mientras intentaba separar dos hamburguesas congeladas con un cuchillo. El hecho, que ocurrió en julio de 2023 en la localidad galesa de Powys, fue esclarecido esta semana tras más de un año de investigación.
En un primer momento, las autoridades locales barajaron las hipótesis de un suicidio o un posible asesinato, dado el tipo de lesión y las circunstancias en las que fue encontrado Griffiths. Sin embargo, tras una minuciosa inspección de la escena y varios meses de indagación, se concluyó que el hombre había sido víctima de un desafortunado accidente doméstico.
Según el inspector Jonathan Rees, quien estuvo a cargo de la investigación, los elementos encontrados en la cocina del domicilio de Griffiths fueron clave para desentrañar lo ocurrido. "En la encimera de la cocina, junto al frigorífico-congelador, había dos hamburguesas crudas, un cuchillo y un paño de cocina. La herida en el abdomen coincidía con la altura de la superficie de trabajo", explicó Rees.
A partir de estas evidencias, el inspector construyó la hipótesis de que Griffiths estaba intentando separar las hamburguesas congeladas utilizando el cuchillo, una maniobra que, al parecer, terminó con la cuchilla incrustada en su abdomen.
Además del peligro inherente de la situación, el caso de Griffiths se complicaba aún más debido a una limitación física que afectaba uno de sus brazos. Rees señaló que la víctima tenía "un uso limitado de un brazo debido a un derrame cerebral previo", lo que habría dificultado la maniobra y provocado el trágico desenlace.
Griffiths vivía solo y, aunque el hecho fue inicialmente un misterio para los investigadores, las pruebas forenses y la reconstrucción de los hechos confirmaron que se trató de un accidente. "Es un recordatorio de cómo, en la vida cotidiana, pequeños descuidos pueden terminar en tragedia", concluyó Rees.