"Siempre caen cuatro gotas y terminamos inundados", parece una muletilla más que un hecho real y concreto en Neuquén, pero es -con las relatividades del caso- totalmente cierto: la lluvia, que fue pareja aunque no muy copiosa, durante todo este viernes, provocó inundaciones y anegamientos en distintos sectores de la ciudad.
Ante el panorama, que se fue agravando a medida que pasaban las horas, los trabajadores municipales de las áreas de Protección Ciudadana y de Defensa Civil, tuvieron una intensa gestión. Con grandes camiones y mangueras de succión, trabajaron en todos los sectores donde se registraron anegamientos, procurando eliminar las transitorias lagunas.
La lluvia seguía, y seguiría durante la noche, disminuyendo gradualmente, según los pronosticadores, para dar paso a un marcado descenso de la temperatura: se auguraba hasta 3 grados bajo cero en la capital neuquina y la región del Alto Valle, para este sábado en las primeras horas de la mañana.
Más allá del trabajo intenso, no hubo situaciones de mayor dificultad ni gravedad. Sí muchas molestias para la gente que tuvo que movilizarse, a pie, pues cruzar algunos sectores o calles se transformó en una aventura en la que resultó imposible eludir la mojadura de pies.