Un grupo de dirigentes de ATE Neuquén, encabezados por Carlos Quintriqueo, comenzó a desmantelar instalaciones de la antena de Parque Norte, llevándose equipos de transmisión que le pertenecen a la multimedia, y que están allí con el efecto de poner al aire tres radios del grupo.
Escenas de violencia, con la presencia de la policía, empezaron a registrarse en el lugar. Un sindicalista le quitó el freno de mano a un móvil de AM 550 y casi se va por un barranco: lo impidió la policía.
La policía detuvo al periodista de 24/7 que estaba contando lo sucedido, con una cámara. Lo esposaron mientras reportaba, en vivo, lo que estaba sucediendo. A los pocos minutos, fue liberado y siguió transmitiendo, todo en un clima muy enrarecido, y sin que hubiera explicaciones claras.
Después de momentos de extrema tensión, se hizo cargo la justicia del tema, y la situación se encauzó, ya de una manera más civilizada, por los carriles de resolución de conflictos que siempre deberían haber estado presentes.