Lo sucedido hace apenas unos pocos días en la ciudad de Neuquén, es digno de la Springfield de Homero Simpson. Un grupo de policías realizó una práctica con gases lacrimógenos y éstos llegaron a un establecimiento educativo, con el consecuente perjuicio para los estudiantes. En función de eso, una diputada provincial propuso prohibir esos simulacros en proximidades de escuelas y de centros de salud.
De aprobarse el proyecto de la legisladora por el Frente de Izquierda, Blanca López, la distancia mínima entre esas prácticas y las escuelas será de 200 metros. Por lo pronto, exigió “la correspondiente sanción” a los jefes y oficiales que ordenaron la realización de dicho entrenamiento.
La diputada repasó que el entrenamiento de la policía metropolitana afectó directamente a quienes se encontraban en el Instituto de Formación Docente N° 6 de Neuquén capital; a punto tal que dos de los 70 estudiantes que sintieron los efectos, debieron ser atendidos por los servicios de salud.
“El riesgo hacia la salud de la comunidad educativa fue tal que hubo que suspender las clases en los turnos subsiguientes”, lamentó.
“Esta ley es necesaria ante la evidente falta de juicio de los oficiales superiores que no pudieron prever las consecuencias evidentes de utilizar gas a metros de una escuela”, argumentó la legisladora.