Pasó poco menos de un mes de la muerte de Sergio Rosales, el bombero de la policía que se disparó en el rostro el pasado 14 de junio en Neuquén Capital, y este martes por la mañana sus padres y abogado de la familia se acercaron a Casa de Gobierno para pedir justicia y exigir respuesta ante el accionar de la jefatura.
Guillermo Morales, padre de Sergio, aseguró en diálogo con 24/7 Canal de Noticias que las autoridades policiales hicieron caso omiso a los reclamos de Sergio pidiendo un traslado a su ciudad natal, Chos Malal. Según informó, esa fue una de las razones que habrían desencadenado la depresión del bombero.
"Venimos a hacer un reclamo porque hasta la fecha no fuimos escuchados por la jefatura ni por la Secretaria de Seguridad, para darle a conocer nuestras inquietudes y las responsabilidades de la jefatura por hacer caso omiso a los reclamos que hacía Sergio".
"Incluso yo había intervenido para ver si le daban el pase y nunca le dieron respuesta favorable. La jefatura está ausente de todo el personal, tengo conocimiento de muchas personas que la jefatura no los atiende", dijo Guillermo, también ex integrante de la Policía.
Morales contó a su vez que se enteró de la situación de su hijo mediante una FM de Chos Malal: "Ni siquiera me notificaron lo que había pasado", aclaró.
En tanto, el abogado de la familia, Gustavo Lucero, aseguró que al no existir terceras personas en la muerte van a disponer del cierre de la causa, "es decir que no hay responsabilidades penales".
"Venimos a reclamar porque es inentendible que el personal policial esté abandonado, no se puede explicar cómo un efectivo puede estar cayendo en una situación de depresión y no se haya hecho nada", dijo en declaraciones a 24/7 Canal de Noticias.
Pasado el mediodía, fueron recibidos por abogados de la asesoría legal de la Secretaría de Seguridad y se comprometieron a hacerle llegar la petición a la secretaria de Seguridad Marianina Domínguez.