La extrema medida de fuerza de partir en dos la ciudad y sitiar el centro neuquino generó un estado de ánimo que tiene pocos antecedentes en Neuquén: un enojo generalizado contra la manifestación. Las organizaciones sociales y partidos de izquierda que desde la mañana vallaron el tránsito a lo largo de la avenida Argentina consiguieron del gobierno provincial la continuidad por seis meses de los planes sociales y apoyo a los comedores populares, pero deberán evaluar la desaprobación generalizada a este tipo de medidas de fuerza.
El hartazgo se vio hoy a toda hora y en todos los lugares de la capital, especialmente en los momentos en que se registra el mayor caudal de tránsito y las eventuales emergencias que se suceden. Las situaciones de enfrentamiento directo entre automovilistas y manifestantes se pudieron observar y –por milagro o sensatez de terceros- no llegó a mayores. Varias veces automovilistas apuraron sus vehículos contra los manifestantes, especialmente en las calles aledañas a la avenida Argentina.
Entre ellas, quedó registrado por los medios de comunicación cómo una mujer en un pequeño vehículo mantuvo una fuerte discusión con los manifestantes cuando intentó cruzar la avenida a la altura de los monoblocks, en el alto neuquino. Intercedió un efectivo policial motorizado y luego de varios intentos de cruzar y ante los golpes de los manifestantes al vehículo, la mujer debió retroceder junto a una larga fila de vehículos que no pudieron atravesar la avenida.
A última hora del día se dio a conocer el texto de la intimación a desalojar las calles por parte de la fiscal que interviene en el caso, mientras se mantenía una serie de reuniones y cuartos intermedio entre los dirigentes y representantes del gobierno.
Finalmente, pasadas las 21.40, se informó del levantamiento de la medida de fuerza al alcanzar un acuerdo para la continuidad de los planes sociales y el apoyo a comedores populares, por los próximos seis meses.