El Ejecutivo provincial neuquino rechazó la apelación de una ex docente acusada de maltratar a sus alumnos y dejó firme la exoneración con la que la habían castigado. La exoneración es el más severo de todos los despidos.
En el expediente consta que, el 23 de mayo último, Marisa Ivette Venegas había presentado ese reclamo administrativo con la esperanza de revertir el castigo que le había impuesto el Consejo Provincial de Educación (CPE) y que se encuentra contemplado en el Estatuto Docente.
Los antecedentes remiten al 24 de mayo de 2019, cuando se emitió un informe sobre los procederes de esta mujer, que estaba al frente de las clases en el quinto “B”, turno tarde, de la Escuela Nº 356 y había sido denunciada por padres y madres de alumnos. A los pocos días, el 5 de junio, estos ratificaron las denuncias por presunto maltrato.
A partir de ahí, las autoridades iniciaron un sumario en el que la acusaron de haber incurrido en “conductas indebidas que hacen a la ineficacia de su función y rol como docente”. Establecieron que sus procederes no fueron “acordes con la función educativa” ya que “no garantizó los derechos del alumnado bajo su responsabilidad”.
La mujer ensayó su defensa y dijo que, de la denuncia y la investigación sumarial se desprende que fue acusada de ejercer violencia física y psicológica sobre los menores a su cargo, pero aseguró que tal circunstancia “no fue debidamente acreditada”.
Sin embargo, las autoridades argumentaron que “el sumario no se sustentó sólo en el testimonio de los progenitores denunciantes, sino que además se ponderó prueba documental, actas, declaraciones del plantel directivo y del equipo docente”. Ahora, hace apenas unos pocos días, confirmaron que no podrá volver a las aulas.