Hay historias que conmueven por el sacrificio, por el espíritu de superación y por los principios de valoración del esfuerzo familiar. Son historias que son dignas de ser contadas y ser conocidas. Son historias acompañadas de sueños que se hicieron realidad. Así es lo que sucedió en la vida de Eliana Micaela Saavedra, quien esta semana se recibió de profesora de nivel inicial después de 4 años de cursar la carrera en el Instituto de Formación Docente (IFD) N° 1 de la ciudad de Cutral Có.
La joven de 25 años, nacida y criada en la localidad de Picún Leufú, vivió su infancia en el paraje Villa Unión: a unos 15 km de este pueblo ribereño. Sus primeros años de vida en el paraje rural le sirvieron para conectarse y adueñarse de los usos y costumbres camperas, las cuales la acompañan hasta hoy y que le sirvieron para forjar un temple de coraje y valentía.
El camino de sus sueños
Eliana aún embargada por la emoción de su sueño cumplido en diálogo con Mejor Informado relató que “el camino fue largo y con mucho sacrificio pero estoy feliz porque el objetivo se cumplió”. Además la flamante docente contó que su ciclo primario lo completó en la escuela 177 de Villa Unión y el secundario lo hizo en el CPEM 16 de Picún Leufú.
“En el año 2020 empecé a cursar la carrera en el IFD 1. Fueron años de sacrificios pero siempre convencida de querer lograr el título para honrar a mi familia”, remarcó la joven.
En esta línea se mostró orgullosa de ser hija de crianceros y de haber heredado los mejores valores para enfrentar la vida. Sus padres son Elidoro Saavedra y Nilda Romero.
“El título se lo dedico a mis papis y a mi hermano Darío, ya que ellos hicieron todo lo posible para que yo tuviera un estudio que con tanto sacrificio pude lograrlo”, indicó Eliana.
A su vez hizo extensivo su agradecimiento a familiares y conocidos. “Todos ellos me brindaron una mano y estuvieron siempre presentes”, completó.
Las expectativas para seguir
La profesora, con raíces campesinas, participó esta semana del acto de colación en compañía de sus padres, su hermano y su prima Soledad. Todos compartieron su inmensa alegría por el sueño cumplido y sin dudas serán los puntales necesarios para transitar el nuevo camino de ser profesional en el mundo de la educación.
“Ahora mis expectativas son empezar a trabajar para poder ayudar a mis padres económicamente y poder devolver todo lo que me dieron y todo lo que me ayudaron”, sostuvo con emoción y agradecimiento.
En esta dirección guardó palabras para aquellos seres que le tendieron una mano. “Gracias a mis amigas que siempre estuvieron para mí. Lindas amistades que me dio esta carrera que son para siempre. Las quiero muchísimo chicas y las voy a extrañar un montón”, finalizó.