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Martes 22 de Abril, Neuquén, Argentina
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Los viajes de funcionarios neuquinos y la piedra en el zapato

La situación que objetivamente perjudica las gestiones de Neuquén para atraer inversiones.
Jueves, 06 de marzo de 2025 a las 14:05

En las últimas semanas, el gobernador neuquino, Rolando Figueroa, estuvo en Londres; el intendente de Neuquén, Mariano Gaido, se aposentó en Austin, Texas, Estados Unidos; el intendente de Añelo, Fernando Banderet, estuvo en la asunción de Donald Trump en Washington... y esta enumeración es solo para mostrar lo que es en la realidad política una certeza constatable: la cada vez más frecuente actividad "exportadora" de funcionarios políticos neuquinos, buscando atraer inversiones a la tierra de la Vaca Muerta. Pero hay una piedra en el zapato de tales acciones e inquietudes. Una piedra que molesta objetivamente, que traba decisiones, que siembra incertidumbres.

Figueroa estuvo en Londres junto con el rionegrino Alberto Weretilneck, para mostrar ante posibles inversores las bondades de la integración política entre dos provincias para potenciar al máximo la posibilidad exportadora de GNL; Gaido, en Austin, no solo firmó el convenio de hermandad con el alcalde Kirk Watson -hecho inédito- sino que planteó un horizonte interesante para las grandes empresas tecnológicas; y Banderet consiguió, en Washington, interesar a los norteamericanos para que dos misiones de inversores potenciales visiten Añelo, la ciudad que gobierna como intendente.

Estas gestiones, que podrán dar más o menos resultados según se presenten las cosas, padecen, independientemente de lo que se haga o deje de hacer, de una situación no resuelta que afecta la credibilidad de Argentina, que incide en el riesgo país, y que sobrevuela desde hace tiempo como un fantasma propiciado por Damocles, aquel de la famosa espada: la piedra en el zapato de quienes alientan inversiones extranjeras en Argentina es la sentencia contra YPF que obliga a pagar 16 mil millones de dólares por no respetar compromisos firmados.

Los compromisos, que no eran nada raros, sino atinentes a cualquier contrato de grandes montos, fueron rubricados a principios de los 90 del siglo pasado por Carlos Menem, como presidente; y no fueron cumplidos por Cristina Kirchner en el ejercicio de su presidencia. En concreto, tienen que ver con la forma en que se "re-estatizó" YPF. Sin pagar un mango de lo que se había firmado había que pagar ante una "eventualidad" como la que se registró bajo el gobierno de la ahora condenada ex presidente.

Esos 16 mil millones de dólares, lo dice todo el mundo que razona un poco, son la muestra flagrante de que Argentina no respeta compromisos. Y lo será hasta que el Estado argentino pague esa deuda, sea con una negociación que baje ese costo, o no. Esta situación está presente, y, aunque Figueroa, Gaido, Banderet, Weretilneck o cualquier otro, no hayan tenido nada que ver, ahora tienen que observar cómo la credibilidad propia se ve afectada, como consecuencia de la irresponsabilidad de otros.

 

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