Un estudio global llevado a cabo por la consultora Voices en colaboración con la Worldwide Independent Network of Market Research (WIN) y publicado en el Día Internacional de la Salud Mental, examinó el estado anímico de los habitantes en países de América Latina. Según este informe, Paraguay encabeza la lista (95%) en cuanto a evaluación positiva de su estado anímico, seguido de cerca por Brasil, México y Chile (los tres con un 87% de aprobación cada uno). Mientras tanto, Ecuador (69%), Perú y Argentina (ambos con 68%) presentan cifras por debajo del promedio global (78%). ¿Es posible cuantificar el estrés? Los expertos analizan los datos.
La encuesta involucró a casi 30.000 participantes en 39 países de todo el mundo. En un contexto global, Vietnam y Paraguay destacaron como líderes en la evaluación positiva de su estado anímico, con un sorprendente 97% de los vietnamitas y un sólido 95% de los paraguayos calificando su bienestar como "bastante bueno" o "muy bueno". Otros países que también superaron el promedio global del 78% incluyen a Tailandia (89%), India y Filipinas (88%). En contraste, Polonia (65%) y Turquía (66%) fueron los países con un estado anímico que se considera "menos favorable".
Estos datos revelan que tanto Argentina como Perú se sitúan entre los países con una alta incidencia de estrés. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el estrés como un estado de preocupación o tensión mental que surge en respuesta a situaciones difíciles. Todos experimentamos cierto nivel de estrés, ya que es una reacción natural a las amenazas y otros estímulos. Sin embargo, lo que determina su impacto en nuestro bienestar es la forma en que gestionamos este estrés.
“El estrés afecta tanto a la mente como al cuerpo. Es positivo tener un poco, pues nos ayuda a realizar las actividades diarias, pero cuando pasa a ser excesivo tiene consecuencias físicas y psíquicas”, afirmó el máximo ente sanitario internacional. Incluso, “cuando el estrés se cronifica, puede agravar problemas de salud y dar lugar a un aumento del consumo de tabaco, bebidas alcohólicas y otras sustancias”, siendo que “las situaciones estresantes pueden causar o exacerbar problemas de salud mental, frecuentemente ansiedad o depresión, que requieren atención médica”.