La majestuosidad de la Patagonia argentina se despliega ante nosotros como un lienzo infinito de belleza natural. En el norte de Neuquén, el pintoresco Manzano Amargo espera a los viajeros con sus paisajes montañosos y la promesa de una escapada única. En Río Negro, Villa Llanquín, a tan solo 40 km de la icónica Bariloche, y San Antonio Oeste, a escasos 15 km de las paradisíacas Grutas, aguardan con su magia costera.
Estos paraísos de la Patagonia invitan a aventureros y amantes de la naturaleza a experimentar momentos inolvidables en medio de la serenidad y la majestuosidad de la región. ¡Acompáñanos en un viaje hacia estos destinos inexplorados que prometen dejar una marca en tu corazón!
Una escapada diferente: San Antonio Oeste
San Antonio Oeste, ubicado a 15 km de Las Grutas, es un pueblo pesquero con todo el encanto del mar y las playas agrestes, digno de descubrir.
Esta hermosa localidad ofrece playas de arena densa y aguas serenas a lo largo de su pintoresca costa, que se encuentra a una corta distancia del centro. Además, cuenta con playas más apartadas, como La Mar Grande, que se caracterizan por su suave pendiente y su entorno habitado por flamencos y una variada vida aviar
En el corazón de la zona central, opera el muelle 'Heleno Arcángel', el cual brinda la oportunidad de presenciar la actividad de los barcos pesqueros y conectarse con el ritmo palpable que caracteriza este lugar.
En las proximidades, encontrarás puestos de comida que te permitirán degustar exquisiteces marinas frescas, además de la posibilidad de adquirir artesanías confeccionadas a partir de caracoles.
Paraíso patagónico: Villa Llanquín
A unos 40 kilómetros al sur de Bariloche, a lo largo de la Ruta Nacional 237, los turistas tienen la oportunidad de cruzar el río Limay desde la orilla de Neuquén hasta la de Río Negro, en el kilómetro 1610, gracias a una balsa gratuita. Cada vez son más los viajeros que optan por esta experiencia, atraídos por la creciente popularidad de este lugar, el cual se ha ganado un renombre gracias al boca a boca. Situado entre el río, el frondoso bosque y las majestuosas montañas en el horizonte, este paraíso en la estepa se llama Villa Llanquín y brilla con una belleza incomparable.
Allí, muchos visitantes descubren la animada feria del pueblo y sus productos caseros, las artesanías únicas, los pintorescos senderos para caminatas y paseos en bicicleta, los recónditos puntos a lo largo del río Limay para pescar la trucha de sus sueños, el fragante campo de lavandas que ofrece visitas guiadas, los desafiantes lugares para la escalada, como Las Piedras Coloradas, además de los cinco campamentos, las cómodas cabañas y una acogedora hostería con restaurante.
La Balsa Maroma funciona de lunes a domingo de 7 a 21. Es gratuita. También se puede llegar a través de la ruta 23, hasta Pichi Leufú. Pero el camino es de ripio y no está en muy buen estado.
Escapada primaveral: Manzano Amargo
Vale la pena descubrir este hermoso lugar en el norte de Neuquén, a unas 7 horas en coche y 528 kilómetros de la capital provincial. En tu viaje por la Ruta 54, podrás ver cóndores, disfrutar de la majestuosa Cordillera de los Andes y explorar valles y cumbres que parecen sacados de una película. Además, las cascadas son imperdibles. Solo tené en cuenta que esta es una zona de arrieros, así que es importante conducir con precaución.
La Fragua es la cascada más renombrada, situada a tan solo 4 kilómetros de Manzano Amargo. Esta majestuosa caída de agua, con aproximadamente 40 metros de altura, es alimentada por el arroyo La Fragua, que se origina en las fuentes del bosque de los Llao Llao, ubicadas a unos 5 kilómetros río arriba.
La cascada Escondida se encuentra a una corta distancia de 2 kilómetros de La Fragua, a lo largo del camino que conduce a Los Llao Llao. A la vera de la ruta, hallarás un cartel y un sendero guiado que te llevará hasta esta maravillosa cascada. Recientemente, el acceso que conduce al Bosque Los Llao Llao fue ampliado, permitiendo la circulación de dos vehículos al mismo tiempo en este empinado camino. Aunque aún está en proceso de nivelación, es posible transitarlo con precaución.
Son unas dos horas y 12 kilómetros de caminata al este de Manzano Amargo hasta una de las maravillas escondidas del norte neuquino, la cascada Pichi Ñire en una zona de crianceros trashumantes.