Desde los albores de la historia, la sidra ha sido mucho más que una simple bebida. Es un elixir que ha perdurado a través de los siglos, arraigado en la cultura y las tradiciones de diversas civilizaciones. Su historia se entrelaza con antiguas prácticas de fermentación y el cultivo de manzanas, marcando un recorrido de sabor y celebración en cada sorbo.
Actualmente, la producción y el consumo sidra están creciendo por fuera de la temporada de Fiestas, y esto se da a nivel mundial. Incluso, muchos aseguran que esto se debe a la incorporación de otras frutas como la pera o el surgimiento de blends.
Según el reporte de Weston Cider Makers 2020, desde 2018, los diez principales países productores de sidra aumentaron en un 17.6% su volumen de ventas. Y a nivel mundial el mercado líder en consumo es el Reino Unido, seguido por Sudáfrica y los Estados Unidos. Según el mencionado estudio, en Argentina se venden unos 82 millones de litros por año, ocupando el séptimo puesto global.
VALLE SIDRERO
En Argentina, históricamente, los productores de sidra esperan diciembre con ansiedad. No es para menos, este mes concentra el 80% de las ventas de ésta bebida. Sin embargo, tanto las marcas industriales como las artesanales trabajan arduamente para instalar el consumo a lo largo del año. Y así como sucedió con el vino y luego con la cerveza, hoy estamos ante el crecimiento de un espumante que está dejando de ser solamente elaborado a partir de la manzana y que proliferan marcas artesanales que le dan otro vuelo a la receta original.
En nuestra región, el área productiva representa 50.000 hectáreas implantadas con manzanas y peras, 85% en Río Negro y 15% en Neuquén, con unos 4.000 productores. Este complejo genera 1,8 millones de toneladas y 50.000 puestos de trabajo directos y 15.000 indirectos; y dada su gran relevancia posiciona a la Argentina como la primera exportadora de peras del Hemisferio Sur (460.000 toneladas) y la quinta en manzanas a nivel mundial (280.000 toneladas).
En el Alto Valle, encontramos decenas de empresas sidreras que están enraizadas en la región y que llevan sus productos a todo el país: en San Patricio del Chañar hay cuatro firmas muy consumidas: Sagar, Grow, Savia Bruta y Avalon. En Plottier, se puede conseguir Galas. Y, en la provincia de Río Negro, en Cipolletti, encontramos Flor de Manzano; en Fernández Oro se hace La Farruca y en Allen, hay dos bestias de la industria: Real y 1888. En la localidad de General Roca hay, nada más y nada menos que, cinco: Sidra del Valle, Reino de Castilla, Bardas de Roca, Farm 245 La Asturiana y Moño Azul. En Maniqué se elabora la Gran Sureña, en Villa Regina se fabrican La Reginense y Pülku; en Viedma se produce la Griffin y en Río Colorado la vasca natural Txapela.
Dicen que en la variedad está el gusto. Pues bien, en el Alto Valle productivo de Río Negro y Neuquén hay para todos los gustos.
ORÍGENES Y EVOLUCIÓN
La sidra tiene una historia de creación que se entrelaza con la evolución de la humanidad misma. Desde los inicios de la civilización, el proceso de transformar simples manzanas en una bebida efervescente y deliciosa ha sido una labor que ha atravesado diversas culturas y continentes.
Los primeros indicios de la sidra se remontan a épocas ancestrales (A.C.), cuando las antiguas civilizaciones descubrieron la fermentación como método para preservar y transformar alimentos. En regiones como el Medio Oriente y el norte de Europa, los manzanos silvestres eran abundantes, y las comunidades experimentaron con la fermentación del jugo.
Los celtas, griegos y romanos fueron pioneros en esta práctica, aprovechando la riqueza de los árboles frutales para elaborar una bebida que gradualmente se convertiría en la sidra que conocemos hoy en día. La combinación de jugo de manzana y fermentación marcó el inicio de una tradición que se propagaría a lo largo de los siglos.
Recién en el siglo IX, registros escritos comienzan a documentar la producción de sidra en Francia, España y el Reino Unido, estableciendo una metodología para su elaboración. El proceso comenzaba con la recolección de manzanas maduras que se pisaban sacando su jugo y luego se dejaba fermentar de manera natural.
Con el tiempo, la sidra se popularizó en Europa, convirtiéndose en una bebida emblemática en regiones como Asturias en España, Normandía en Francia y el condado de Somerset en Inglaterra.
EVOLUCIÓN: de la artesanía a la innovación
A medida que el conocimiento sobre la fermentación y la producción de bebidas se expandía, la elaboración de la sidra se convirtió en un arte refinado que tiene un minucioso proceso de elaboración.
Comienza con la cuidadosa selección de manzanas, combinando distintas variedades para obtener sabores más complejos. Luego, las manzanas se prensan para extraer su jugo, el cual se fermenta con levadura para producir la sidra. La duración de este proceso y la elección de las cepas de levadura afectan el resultado final, dando como resultado desde una sidra seca hasta una más dulce y frutada.
A lo largo de los años, se han implementado innovaciones técnicas para mejorar la producción y calidad, pero la esencia de la elaboración artesanal se ha mantenido intacta.
En la actualidad, el proceso de creación de la sidra sigue siendo una combinación de tradición y modernidad. Los productores artesanales preservan métodos antiguos, mientras que otros emplean tecnologías avanzadas para garantizar un producto de calidad consistente. Sin embargo, el arte de crear sidra continúa siendo una manifestación de pasión por las manzanas, la fermentación y el cuidado en cada etapa del proceso.
IDEAS: tragos con sidra
La sidra comenzó también a utilizarse para reversionar o crear nuevos cócteles. Para que puedas sorprender a tus invitados con tragos originales en estas Fiestas, te mostramos algunas recetas fáciles para que te luzcas con tus invitados.
CAIPISIDRA
Ingredientes:
- Dos rodajas de naranja
- Una cucharada de azúcar (3/10)
- 1/10 de vodka
- 6/10 de sidra.
Preparación: Poner en coctelera (o vaso) el azúcar y las rodajas de naranjas cortadas en cuatro. Machacar hasta sacarle el jugo y formar una melaza. Agregarle hielo y luego el vodka. Batir enérgicamente y servir en vaso de whisky y agregarle la sidra.
CÓCTEL CON DURAZNO Y SIDRA
Ingredientes:
- 600 cc de Sidra
- 4 mitades de duraznos en lata
- Hielo
- 1 rodaja de durazno
Preparación: Colocar dentro del vaso de una licuadora el hielo junto con la sidra y los duraznos. Licuar durante unos segundos y servir en un vaso. Decorar con la rodaja de durazno
SIDRA A LA FRUTILLA
Ingredientes:
- Frutillas cortadas o congeladas
- 1 cucharada de azúcar
- Sidra
- Hielo
Preparación: Colocar dentro del vaso de una licuadora la sidra, el hielo junto al azúcar y las frutillas. Licuar durante unos segundos y servir en un vaso. Decorar con hojas de menta