Por Hernán Di Menna
A pocos días de celebrarse otra Semana del Alfajor, la primera semana de mayo, nos adentramos en una tradición puramente argentina. Cada uno de los nacidos en la tierra de Messi tiene su preferido, cada rincón del país tiene a sus productores locales y regionales. Se come a cualquier hora, en forma de postre, una merienda, un desayuno, una colación que usamos al paso cuando tenemos hambre y no tiempo, o una tentación a la que nos zambullimos buscando esa caricia al paladar.
Los hay simples, dobles, triples y hasta cuádruples, con rellenos clásicos como el dulce de leche o la fruta, pero ya hay marcas que lo diseñan además con merengue y mousses, de maicena, con baño de chocolate blanco y negro o con una fina capa de azúcar impalpable. Y no hay secretos más allá de las subjetividades, todos sabemos cuáles vienen con mucho relleno. Hay, entonces, para todos los paladares y para todos los bolsillos: ya se categorizan en populares o low cost y premium. Entremos en este mundo, en este producto que se exporta al mundo y que genera miles de puestos de trabajo de norte a sur.
ORIGEN: DE LA ESPAÑA ARABE A ESTAS TIERRAS
Los primeros alfajores llegaron de Andalucía, España, y fueron creaciones de los árabes. Sus orígenes datan de hace 700 años y originalmente estaban hechos a base de miel, nueces, pasta de almendras y especias. En los tiempos en que los árabes ocupaban todo el sur español, lo llamaban “Al Hasú”, un vocablo hispano-árabe que significa “el relleno”.
Si bien el alfajor argentino no tiene partida de nacimiento, sus primeros antecedentes eran tortas fritas pegadas con dulce de leche. Se sabe que las primeras ventas las hicieron reposteros ambulantes de origen africano que llevaban canastas colgando del cuello. Pero tuvo su momento de despegue y coincide con un hecho histórico: la Constitución Nacional de 1853 fue redactada en Merengo, una fábrica de alfajores de Santa Fe. Y, como souvenir, los constituyentes llevaron por primera vez a sus provincias el alfajor de dulce de leche, que se volvieron famosos en poco tiempo.
Hay otra versión que habla de Augusto Chammás, un químico francés que llegó a la Argentina a mediados del siglo XIX e inauguró una pequeña industria familiar en Córdoba que se dedicaba a la confección de dulces y confituras. Este hombre modificó el formato del alfajor: era cuadrado y lo volvió redondo.
Los primeros alfajores empaquetados por docenas se vendieron en una pulpería de Buenos Aires en lo que hoy es la esquina de Emilio Mitre y Av. Rivadavia, cuyo dueño era un tal Nicola.
Los alfajores fueron de factura artesanal hasta la década de 1930. Y las primeras marcas comerciales en industrializar la producción fueron El Trébol y Santa Mónica.
DATOS DEL FUROR
Los números de esta industria realmente sorprenden. Un reciente relevamiento de la Asociación de Distribuidores de Golosinas, Galletitas y Afines (ADGYA), revela que en la Argentina se consume unos 3.000 millones de alfajores por año, lo que equivale a 2 kilos per cápita. Los kioscos albergan el grueso de este número y mueven $ 1500 millones diarios, no obstante los supermercados incrementaron su participación en los últimos dos años. Entre todas las bocas de expendio se venden 10,8 millones de unidades por día en sus más de 100 marcas. Más del 50% del chocolate que se consume en el país es en forma de alfajor.
Arcor y Mondelez son dos de los jugadores más relevantes del sector. La cordobesa cuenta entre sus filas con los alfajores Bon o Bon, Tofi, Águila, Tatín, Cofler y Blanco y Negro; mientras que la multinacional maneja las etiquetas Shot, Pepitos, Oreo, Terrabusi y Milka.
Pero, las que dominan "son las históricas". Se trata de PyMEs familiares con historia dentro del rubro, como Jorgito, Fantoche y Guaymallén.
MUNDIAL DEL ALFAJOR
Esta locura argentina tenía que terminar así. En agosto pasado se realizó en Buenos Aires el Primer Campeonato Mundial de Alfajores. Se trató de una cata a ciegas con un jurado integrado por chefs, reposteros, periodistas gastronómicos e influencers relacionados con el mundo gastronómico. Allí se hizo un retrato de la industria: el 70% de las marcas inscriptas son artesanales, correspondientes a pymes y emprendedores. Y ya se está armando la nueva edición 2023. Las categorías elegidas para competir entre las más de 300 muestras que responden a 150 empresas fueron: mejor chocolate negro, mejor blanco, mejor simple, mejor triple, mejor relleno de fruta, mejor sabor exótico, mejor alfajor de confitería, mejor aroma a alfajor. mejor dulce de leche, chocolate, fruta, original, regional y sin gluten.
RANKING DE VENTAS
La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) realizó el año pasado un sondeo para el Diario Clarín del cual participaron 112 mil kioscos de todo el país. Y los 10 más vendidos fueron:
10. Capitán del espacio
Nacido en el conurbano bonaerense, este mítico alfajor acaba de cumplir 60 años. Nunca trascendió las fronteras de su Quilmes natal por la decisión de su dueño, Ángel Líneo de Pascalis, de no hacer publicidad. La combinación de relleno abundante y una masa tierna generan una combinación incomparable.
9. Fantoche
La compañía es la creadora oficial del alfajor triple y la única que puede colocar legalmente esta palabra en su etiqueta. Esta marca lleva más de 50 años en el mercado y desató un éxito con una fórmula simple: masa de chocolate y relleno de dulce de leche.
8. Bon o Bon
Este alfajor resulta un derivado del clásico bombón Bon o Bon, empresa surgida en los años 80. Presenta una capa fina de chocolate, una tapita crocante y un relleno de Marroc, lo que genera una combinación tentadora para el público.
7. Jorgelín
Al igual que el Fantoche, es un pionero del formato tricapa. Se trata de un alfajor triple compuesto por tres capas de galletas blandas, separados por dos de dulce de leche y cubierto con un baño repostero de chocolate semi amargo.
6. Terrabusi triple torta
La cualidad destacada de este alfajor triple es su textura. Su masa es esponjosa, lo que lo hace similar a un bizcochuelo o a una mini torta. Su relleno de dulce de leche genera una satisfacción única en el paladar.
5. Milka Oreo
Milka y Oreo decidieron combinarse para lanzar una línea de productos destacados, entre ellos este alfajor triple. El detalle reside en el relleno doble que posee: el blanco, característico de la galletita rellena, y dulce de leche.
4. Águila mini torta
El alfajor tipo torta resulta una de las opciones cada vez más consumidas ya que la masa es húmeda y esponjosa. Este alfajor presenta varias versiones como frutos rojos o brownie pero, sin dudas, el clásico con relleno de crema y dulce de leche es el elegido por la mayoría.
3. Tofi negro
Este alfajor presentaba un formato tricapa pero Arcor decidió convertirlo en una versión simple para que compita con otros postres más accesibles. El relleno de dulce de leche y la cobertura de chocolate semiamargo generan que su sabor sea ideal para cualquier momento del día.
2. Jorgito
La relación entre precio y calidad es inobjetable. Si bien presenta variedades de sabores únicos como el azucarado, de fruta y el blanco, la versión clásica rellena con dulce de leche y cubierta con baño de repostería de chocolate negro es la más requerida.
1. Guaymallén
Es la marca emblemática de alfajores y una de las más populares. Este reconocimiento se debe a su bajo costo y a la gran calidad y sabor característico mantenidos a lo largo del tiempo. La versión bañada en chocolate blanco es la más querida y elegida por el público argentino.
Una industria que no para de crecer y que pese a las crisis económicas permanentes, no resigna ventas.