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Miércoles 23 de Abril, Neuquén, Argentina
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El original emprendimiento chocolatero de una neuquina en el exterior

Inspirada en los sabores exóticos de la Argentina, Cielo hace de lo nuestro un manjar. Y, como no pierde de vista su esencia patagónica, el volcán Lanín marca el primer destino de un viaje multisensorial.
Viernes, 18 de agosto de 2023 a las 10:35

Cielo Cantoni es neuquina pero hace algunos años que vive en el exterior. Se fue de la chacra de sus padres ubicada en Centenario, donde vivió toda su infancia, con el sueño de estudiar afuera. Y lo logró, con creces. Hoy, tiene 34 años y es ingeniera en alimentos (al igual que su madre) y luego de recibirse hizo un máster en Ciencia y Tecnología de los Alimentos en Europa.

Desde que emigró viajó por el mundo; vivió en Irlanda, Francia, Suecia e Inglaterra hasta que finalmente hizo base en Utrecht (Países Bajos) desde donde creó algo tan original como maravilloso: hace dos años, junto a su socio y amigo Niklas, un joven alemán tan apasionado por el chocolate y los viajes como ella, crearon Choc´n choc, su propio emprendimiento en el que desarrollan sabores exóticos inspirados en las culturas del mundo.

Para su primera edición, eligieron llevarnos de viaje por la Argentina a través de una paleta de sabores que incluye yerba mate, alfajoricto de maicena y frambuesas patagónicas. “Nos encanta hacer ese maridaje para generar nuevas experiencias que te vuelen la cabeza”, asegura Cielo.

El box de Argentina es un viaje de colores y sabor, que va desde Jujuy hasta la Patagonia. 
 

EL CAMINO DEL SABOR

Tras años de experimentar con el infinito universo de los sabores, esta patagónica que ama viajar, sintió que debía hacer algo con esas pasiones y es ahí donde comienza esta rica historia.

 

“Siempre me apasionó la creación y el desarrollo a gran escala de alimentos. Y crecí en una familia de emprendedores. Emprender siempre estuvo en mí, entonces quise hacer algo con eso y que esté ligado a mis valores y a la partecita de cómo quiero contribuir yo con el mundo”, explica.

 

Con un currículum “nivel Cielo”, esta joven ingeniera se dedica a entender qué quieren los consumidores del mundo, para desarrollar productos que nos encanten. Trabajó en empresas internacionales vinculadas a las golosinas, los chocolates y el café, específicamente en innovación y desarrollo de nuevos productos. Mientras cursaba su máster en Inglaterra hizo pasantías en la empresa Mondelez International, el gigante a nivel mundial en chocolates y toda la gama “candy” (dulces, caramelos y galletitas) y su tesis fue sobre el desarrollo de nuevos procesos para el café instantáneo. “Ahí empecé mi primer trabajo, en Birmingham (Inglaterra), en el desarrollo de chocolate para marcas como Milka, Toblerone, Green and Blacks y Cadbury. Fue un trabajo hermosísimo que me enamoró del chocolate”, la antesala del desarrollo de su propia “start up" chocolatera junto a Niklas, quien también hizo toda su carrera en la industria.

“Con Niklas nos conocimos hace 10 años estudiando el máster y nos hicimos grandes amigos. Luego, la vida nos trajo a los dos a vivir a Utrecht donde nos reencontramos. Y creo que hacer algo propio era un sueño que los dos siempre tuvimos. Durante el aislamiento por COVID encontramos el tiempo para charlar sobre algunas ideas, tratando de unir lo que sabemos con lo que nos gusta y ahí el chocolate vino inmediatamente”, recuerda. Y así fue que crearon esta peculiar marca de chocolates, atrevida no solo en su estética, también en su concepto de viajar a través de los sentidos con su audaz e innovador catálogo de sabores.

El mes pasado, participaron de una expo en París en la que hicieron degustaciones y ofrecieron sus productos. 

 

 

YO, ARGENTINA

Estos emprendedores, que comercializan su chocolate en Países Bajos, Bélgica, Francia y Alemania, no se quedaron encasillados en las típicas combinaciones de este manjar universal. Para lograr el ambicioso objetivo de seducir los paladares del mundo se inspiran en distintas culturas para combinar ingredientes atípicos que no encontraremos en un chocolate de elaboración industrial.

Para el primer box que diseñaron, que fue el de Argentina, desarrollaron tres sabores ligados a lo nuestro. “Esto viene desde mi orgullo y mi pasión por querer mostrar un poco al resto del mundo nuestros sabores culinarios y la variedad, la diversidad y la gente linda que tiene nuestro país” dice emocionada.

La primera tableta es de chocolate negro, se llama “Road Tripping” y está inspirada en la inmensidad del paisaje argentino. El viaje de degustación va desde Misiones con notas de maracuyá hasta la Patagonia con las frambuesas. “Es una explosión de sabor porque esa mezcla de dulce con un poco de acidez, combinada con las notas intensas del chocolate negro, hacen que realmente sea una mezcla de exotismo y calidez”, detalla Cielo.

 

El chocolate “Road Tripping” está inspirado en la inmensidad del paisaje argentino.

 

El segundo sabor se llama “What´s up mate ?”. Es un chocolate con leche que tiene pequeños fragmentos de yerba mate, orgánica y originaria de Argentina, aclara. “Acá trajimos nuestra cultura en su esencia completa. Esa combinación del sabor herbal y el dulzor de las notas caramelizadas del chocolate con leche es buenísima. Y tiene mucha textura porque los pedacitos de hojas de yerba le dan cierta crocancia”, relata con una sonrisa incontenible.

Por último, apelando al espíritu divertido de estos creadores, Cielo explica que la tercera tableta del box la llamaron “Alpha George”, que fonéticamente suena similar a “alfajor”, palabra muy difícil de pronunciar para alguien de habla inglesa. “Este sabor está inspirado en el típico alfajorcito de maicena. Tiene chocolate blonde, una de las últimas tendencias dentro del mundo del chocolate, y está hecho a base de chocolate blanco pero con leche caramelizada. Todas esas notas de dulce y caramelo hacen alusión al dulce de leche argentino y además tiene aceite esencial de limón y coco rallado”. 

Y, algo que remarca Cielo, es que lograron hacer estas creaciones sorteando “el costado desigual del mundo del chocolate”. Para ello, se aseguran de que todos los ingredientes que usan sean orgánicos, bio y de comercio Fair Trade (equitable). “Para nosotros era muy indispensable cambiar la inequidad que hay en el mundo del chocolate, como pasa en un montón de otros alimentos. Por eso, tenemos trazabilidad completa y nuestro cacao viene sólo de una granja de República Dominicana que se llama Hacienda La Helvecia”. 

Cielo vive junto a Jules, su marido en Países Bajos y asegura que lo que más extraña es a su familia, a los amigos y también la creatividad e inventiva de los argentinos. 

 

 

CHOCOLATE, UN VIAJE DE IDA

El otro ingrediente que tiene este original emprendimiento es que no se trata solo de degustar una delicia. Para completar la experiencia, su propuesta invita a conectar con los sentidos y ajustar el cinturón. “Los dos adoramos viajar y descubrir lo que a la gente le gusta en otras culturas, en cuanto a la comida", dice. Entonces pensamos en hacer un producto que invite a la gente a tomarse un tiempo para disfrutar del chocolate y, al mismo tiempo, transportarse a otro lugar del mundo a través del sabor”, define, mejor imposible, su creación.

Para eso, cada box trae una divertida guía de degustación que incluye arte, música y recomendaciones para ambientar el momento de consumo. “Queríamos traer un poco lo que hoy existe con el vino y que empieza a existir un poquito en el café, que la gente pueda aprender un poco más sobre las notas de sabor y aromas que van apareciendo durante la degustación”, dice.   

 

Cada box es preparado a mano y trae una divertida guía de degustación.

 

Y hay más, porque para completar esta aventura multisensorial, el packaging también es un viaje. Nada tiene que ver con el clásico envoltorio con letras doradas del chocolate Premium. “Lo más importante era poder hacer algo fresco, diferente y también que sea divertido, más funky. Para eso apelamos a lo crafty (hecho a mano), por eso las cajas las empacamos nosotros a mano y el envoltorio tiene como pinceladas porque también quisimos incluir el arte dentro de la experiencia”, cuenta Cielo.

Por ejemplo, dentro de la guía de degustación del box de la Argentina se puede leer una reseña sobre la cultura del mate, recomendaciones de obras literarias de autores argentinos destacados y una playlist de Spotify con folklore, tango y temas de bandas icónicas del rock nacional. Y, como broche de oro de todo este genial combo, la pizca de arte viene de la mano de una postal del volcán Lanín hecha por la reconocida fotógrafa neuquina, Maju Franzán. “El Volcán Lanín es algo muy especial para mí. Y esta era una gran oportunidad para poder mostrar un poquito de lo que tenemos, más allá del obelisco”, agrega. 

Para el box de Argentina convocaron a participar a la fotógrafa neuquina Maju Franzán, con una foto del volcán Lanín.  

 

PRÓXIMO DESTINO 

Estos dos creativos ya están craneando el próximo destino, y Cielo nos anticipa que se sumergirá en los aromas y sabores de Medio Oriente valiéndose de ingredientes como pistachos, miel, higos, esencia de naranja y hasta flores comestibles. Y, como dice, sin dejar de jugar “nuestro pequeño papel en el lado derecho del mundo desigual del chocolate”, sueña con algún día poder llegar al mercado latinoamericano y, sobre todo, a la Argentina. Aunque no descarta, algún día, volver a la Patagonia para hacer sus creaciones desde acá.

“Capaz”, dice entre risas y abre el juego. 

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