La depravación más extrema ocurrió en una vivienda cercana a la ciudad de Añelo, en el corazón mismo de Vaca Muerta, esa esperanza económica neuquina. Un hombre (MBC, la fiscalía todavía no da su identidad completa) violó y abusó de dos niñas y un niño, que vivían en su misma casa, y con quienes, por decirlo de alguna manera, convivía. La pareja de ese hombre, identificada como EHM, en lugar de intentar evitar esos abusos, colaboró con ellos. En ese horror, los chicos vivieron 10 años. Desde 2008 a 2018.
Ahora, después del juicio con jurado popular, que declaró culpables a los dos, el fiscal jefe, Maximiliano Breide Obeid. solicitó que sean condenados a 30 años -el hombre- y 20 la mujer. Prisión efectiva, sin rebaja alguna.
El juicio se cumplió en noviembre del año pasado. Duró siete días. Los ciudadanos que integraron el tribunal resolvieron por unanimidad que el varón es culpable de abuso sexual con acceso carnal (dos hechos); y de abuso sexual gravemente ultrajante (un hecho). En el caso de la mujer, fue declarada responsable como partícipe necesaria. Para el jurado quedó absolutamente claro que, en lugar de proteger a los niños, toleró y aceptó que su pareja los abusara.
Para definir el monto de la pena que finalmente pidió, Breide Obeid precisó que los únicos atenuantes a considerar respecto del varón es la ausencia de antecedentes y la conducta que tuvo durante el proceso, ya que se mantuvo a derecho y se presentó en todas las audiencias sin necesidad de medidas cautelares. En su contra, describió las circunstancias de comisión de los hechos, "la cronicidad, continuidad y naturalización”. Respecto de la mujer, contó como atenuante la especial condición de vulnerabilidad a partir de una supuesta dependencia hacia el condenado principal.