Un joven y ultra liberal Álvaro Alzogaray pronunció una de las frases más recordadas de un ministro de Economía. Era junio de 1959, y el funcionario del presidente de Arturo Frondizi dio un discurso para calmar los ánimos de todos los argentinos. Entre culpas a gestiones anteriores y el costo de "estabilización" de la economía, como se denominaba su plan, tiró el enunciado que aún se mantiene fresca entre los memoriosos: "Hay que pasar el invierno". Entre similitudes (casi calcadas) de aquel plan que impulsa desde el 10 de diciembre el presidente Javier Milei, el gobernador Alberto Weretilneck hizo una adaptación rápida de ese viejo pedido y le trasladó a su gabinete: "Hay que pasar el verano".
Los tiempos son críticos y eso no es novedad. La economía rionegrina está tan deteriorada que en las paritarias con los estatales, los enviados del gobierno reconocieron que están "al borde de la quiebra". Por eso no hay oferta salarial y se especula que en el nuevo encuentro de este lunes, sólo haya miseria para compartir ante una expectativa de más del 30% de inflación en diciembre y números similares en enero. Los gremios esperan algún ofrecimiento que dificilmente convenza.
El comienzo de la tercera gestión de gobierno de Weretilneck es muy distinta a la ideal soñada. Argentina no es la misma y eso arrastró a las provincias. La deuda heredada tampoco era la anunciada por la ex gobernadora Arabela Carreras y la cantidad de empleados públicos, con un 50% más de contratados de esos tres mil declarados por su antecesora y que pretendía pasar a planta permanente antes de irse.
No hay plata en Río Negro y cada medida que anuncia Milei, a través de su tan cuestionado DNU como de la Ley Ómnibus, que se comenzará a discutir en el Congreso el próximo martes, provoca más daño en una economía aniquilada. Las concesiones de las áreas petroleras, que el gobierno provincial pensaba renegociar para obtener recursos frescos en dólares, deberán ser nuevamente concesionadas; la vuelta del Impuesto a las Ganancias y la negativa a coparticipar el impuesto País y al Cheque; el bajo consumo con sueldos consumidos y la caída drástica del turismo, la segunda fuente de divisas en la provincia, son algunas de las consecuencias de la política del liberal libertario. También la reforma política disminuye la presencia de diputados patagónicos en el Congreso.
Y aunque se logró revertir el intento de fijar nuevamente retenciones a la fruticultura (aún principal economía provincial), las fuerzas del cielo no están del lado de los chacareros y las tormentas de granizo que azotaron a Valle Medio a fines de diciembre y al Alto Valle esta semana, provocaron pérdidas millonarias para el mercado exportador.
Entre tantas malas, Weretilneck plantea pelea a nivel nacional. Junto con los gobernadores patagónicos, salió fuerte con un comunicado para repudiar la reforma que impulsa en la pesca, con la apertura del Mar Argentino a los buques extranjeros, lo que representa la quiebra de este sector económico. El ministro del Interior, Guillermo Francos, fue el que se hizo cargo, escuchó las quejas y aseguró que iban a introducir modificaciones para contemplar el pedido de la actividad, pero no avanzó en detalles a cambiar.
El gobernador rionegrino sigue sus partidas en dos frentes, los mensajes a Nación son contrarios a los que envía la presidencia. Al ya anunciado no rotundo a la privatización de INVAP, también se sumó en las últimas horas una mensaje para destacar la función del laboratorio de medicamentos provincial PROFASE. "Sinónimo de soberanía sanitaria, produce 18 medicamentos esenciales para hospitales de todo el país con capacidad para elaborar 20 millones de unidades al año. La dedicación de sus trabajadores y profesionales es otro motivo de orgullo rionegrino".
Son claras las instrucciones que le dará a sus representantes en el Congreso, el diputado boca floja de Agustín Domingo (dijo estar de acuerdo con la privatización de YPF) y la senadora Mónica Silva, deberán mantener el bloque Innovación Federal que conformaron con los partidos provinciales de Neuquén, Salta y Misiones. Sin posibilidades a negociar con un gobierno que desconoce esa posibilidad de acuerdo, se descarta que los votos serán en contra.
El otro frente es el interno. Su acercamiento a UPCN no le alcanza para contener la demanda de los trabajadores estatales. Y sin plata para ofrecer aumento, el nivel de conflictividad se espera que crezca en febrero y marzo. El gobierno estiró los contratos hasta el 31 de enero, para esa fecha cada ministerio deberá tener resuelto el achique de su planta. La mayor parte son porteros de Educación, seguidos por auxiliares de servicios en Salud, la mayoría alineados en ATE. El sindicato ya mostró su postura en Villa Regina, con la toma del Corralón municipal ante el despido de 100 contratados.
Por ahora, las únicas transferencias autorizadas desde Economía tienen como destino los hospitales, el IPROSS, y la Policía, en línea con el anuncio de Weretilneck cuando asumió de priorizar estas dos áreas durante los primeros meses de gestión. De esta forma, se entiende que el ciclo lectivo recién comience en Río Negro el 11 de marzo, para esa fecha deben pagar la deuda y renegociar con los municipios chicos los aportes para los comedores y el mantenimiento de escuelas, y sacar de las arcas para gestionar lo mismo en las ciudades donde los intendentes no quieren asumir esa responsabilidad.
También esperan tener un panorama más claro con respecto a la inflación y los aumentos a la administración pública. Pese a la posición siempre crítica contra el gremio docente, que mantiene históricamente el legislador del PRO Juan Martín, UnTER anunció que sin aumento no comenzarán las clases. Se descuenta que ATE se sumará a las medidas. Entonces, para Weretilneck y su gobierno se transforma en primordial el pedido de "pasar el verano".