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Las frases del libro de Silvina Luna, antes de su muerte

"Esa fue la gran maestría, saber que me voy a morir", es parte de lo que escribió en su libro, en el cual plasmó el proceso que afrontaba tras las cirugías que le practicó Aníbal Lotocki.
Domingo, 03 de septiembre de 2023 a las 11:40

El país se encuentra conmocionado por la muerte de Silvina Luna, a los 43 años, que luego de estar internada por 79 días en el Hospital Italiano de Buenos Aires, su cuerpo dijo "basta" y finalmente falleció por las consecuencias de una mala praxis tras ser operada en 2011 por Aníbal Lotocki.

Mientras tanto, el cirujano permanece en su casa mientras gran cantidad de personas reclaman justicia. Además, se supo que Lotocki vendió su casa y tiene planeado mudarse a un barrio privado. Lo cierto es que, todavía, no salió de su vivienda. En redes sociales, circula un flyer que convoca a una marcha para pedir justicia por todas las víctimas de Aníbal. 

Silvina Luna se encontraba haciendo frente a las enfermedades que se le presentaron tras las operaciones estéticas que le practicó el polémico cirujano. Y, en su libro "Simple y Consciente", habló a fondo del calvario que afrontaba. 

"En el presente, plena, lista para emprender todas las aventuras que resuenen en mí y que se alineen con la que soy, con quien estoy siendo ahora. Pero fue todo un viaje llegar hasta aquí y lo cuento en este libro", dice en las primeras líneas del libro y continúa:

"Por fin me animé. No fue fácil. En Simple y Consciente abro mi corazón, me muestro, y siempre tuve problemas con la autoestima. Quienes me conocen saben hasta qué punto pagué por ese punto débil. Tomé una mala decisión cuando me sometí a una cirugía que no necesitaba, porque quería verme mejor, más sexy, más acorde al estereotipo de belleza que se imponía en los medios. Esa elección, de la que me hago cargo, arruinó mi salud: cada tanto tengo que internarme y desde hace ocho años tomo corticoides todos los días para equilibrar los efectos que aquella mala praxis provocó en mí".

"Mi aspecto cambió. Al principio, me costaba reconocerme, pero hoy, gracias a un trabajo interno y a una búsqueda espiritual muy intensa, aprendí a gustarme de nuevo, a enamorarme de mí misma y a celebrar mi belleza sin reparos, porque es un don que recibí y quiero honrarlo", agregó y, entre medio de párrafos, hizo una invitación:

(...) "A eso te invito, a caminar conmigo, lentamente, disfrutando de este sol cálido, la brisa suave, la arena bajo nuestros pies, el mar… Los cuatro elementos de la naturaleza en perfecto equilibro. La tierra, para estar conectada; el aire, para respirar; el fuego del sol, para iluminarnos; y el agua, para limpiar y purificar todo. Nosotros, despiertos, conscientes, con el corazón templado y dispuestos a vivir en estado de aprendizaje. ¿Cuántas cosas perdemos en el vértigo del día a día siguiendo mandatos ajenos? ¿Qué tan conectados estamos con nuestro niño o niña interior? ¿En qué momento se apagó ese entusiasmo que nos permitía gozar del presente como cuando éramos chicos?".

En otro de los fragmentos del libro, Silvina Luna expresó: “Esa fue la gran maestría, saber que voy a morir. Me di cuenta que soy un simple ser, muy chiquito, y de que si quería vivir más para poder trabajar por el prójimo, tenía que cuidar la única vida que tengo”.

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