El Papa Francisco habló en esta Navidad desde el balcón de la basílica de San Pedro, y pidió el cese de las operaciones militares en Gaza, la liberación de los rehenes y que se afronte la cuestión palestina. Lo hizo antes de la bendición urbi et orbi.
El sumo pontífice pidió que la paz “llegue en Israel y Palestina, donde la guerra sacude la vida de esas poblaciones”; y agregó: “Abrazo a ambas, en particular a las comunidades cristianas de Gaza, la parroquia de Gaza, y de toda Tierra Santa”.
El Papa argentino afirmó que lleva “en el corazón el dolor por las víctimas del execrable ataque del pasado 7 de octubre”, aunque no citó a los islamistas de Hamás, y renovó su llamamiento “para la liberación de quienes aún están retenidos como rehenes”.
“Suplico que cesen las operaciones militares, con sus dramáticas consecuencias de víctimas civiles inocentes, y que se remedie la desesperada situación humanitaria permitiendo la llegada de ayuda”, imploró.
En su discurso hizo una mención especial a la ciudad de Belén, donde fue el nacimiento de Jesús: “Belén, en donde en estos días reina el dolor y silencio. Hoy, en Belén, en medio de las tinieblas de la tierra se ha encendido esta llama inextinguible, hoy en medio de la oscuridad del mundo, prevalece Dios, que ilumina a todo hombre”.