El ataque a un centro de culto de los Testigos de Jehová en la ciudad alemana de Hamburgo dejó siete muertos y 25 heridos, varios de ellos de gravedad. El canciller Olaf Scholz lo describió como un "acto brutal de violencia" mientras los investigadores buscan el motivo del tiroteo masivo.
El diario alemán Der Spiegel, informó que la policía cree que uno de los cuerpos encontrados en el lugar de los hechos corresponde al del presunto autor del ataque. El hombre, de entre 30 y 40 años, era un antiguo miembro de esta confesión religiosa.
El tiroteo comenzó poco después de las nueve de la noche. La policía, que tardó poco en llegar al lugar, encontró a varias personas gravemente heridas y algunas muertas. “Luego escucharon un disparo desde arriba, subieron las escaleras y encontraron a otra persona”, dijo un portavoz de la policía.
Rápidamente se advirtió al público por mensaje de texto que evitara el área. Se les dijo a los residentes locales que permanecieran en sus casas y que solo usaran sus teléfonos “en caso de emergencia extrema” para no sobrecargar la red.