En una rápida reacción para intentar absorber el fuerte revés electoral de su partido en las elecciones municipales y autonómicas, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez, decidió adelantar las elecciones generales al 23 de julio. Las mismas estaban previstas inicialmente para finales de año, en una fecha que aún no se había fijado.
España experimentó ayer un fuerte apoyo a la derecha. El Partido Popular (PP) se impuso en la mayoría de ayuntamientos y gobiernos autonómicos. El PP ha ganado en siete de las diez mayores ciudades del país. Mantiene tanto el ayuntamiento como el gobierno regional de Madrid y sacó del poder a fuerzas de izquierda en importantes ayuntamientos como los de Sevilla y Valencia.
Por su parte, el partido de extrema derecha Vox, triplicó el número de representantes y podría ser clave a la hora de formar gobierno en Aragón, Baleares y Valencia.
En Barcelona, la gran perdedora fue Ada Colau. La hasta ahora alcaldesa, apoyada por las fuerzas más a la izquierda, fue superada por Xavier Trias, al frente de la coalición entre el Partido Socialista de Cataluña y Barcelona en Comú.
“Es mejor que los españoles tomen la palabra para definir el rumbo político del país” dijo Sánchez al anunciar esta sorpresiva y arriesgada medida. El Presidente español se hizo cargo de la dura derrota de su partido, el PSOE. "Como presidente del Gobierno y como secretario general del PSOE asumo en primera persona los resultados y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular", afirmó. La convocatoria electoral se formalizará este martes en un Consejo de Ministros extraordinario.