Bernardo Arévalo logró obtener el 59% de los votos, contra el 36% de su rival en el balotaje, Sandra Torres. "Afortunadamente ya tenemos una tendencia sumamente importante", dijo la presidenta del Tribunal Superior Electoral (TSE), Irma Palencia, al anunciar que Arévalo era el nuevo presidente de Guatemala.
Arévalo es hijo del progresista Juan José Arévalo, mandatario guatemalteco entre 1945 y 1951. De origen académico, genera esperanzas de cambio en un país sumido en la pobreza, la violencia y la corrupción, que inducen cada año a miles de guatemaltecos a emigrar.
El TSE también informó que los casi 3.500 centros de sufragio funcionaron con normalidad durante la jornada, sin que se reportaran "incidentes significativos". Se registró un porcentaje récord de participación, que se acercó al 45% de la población.
El presidente Alejandro Giammattei felicitó a Arévalo y a la población. Invitó al flamante presidente a iniciar el proceso de "transición ordenada" para el cambio de gobierno. Arévalo es progresista, y propone romper con la tendencia conservadora de los últimos gobiernos. También se presentó como "el candidato anticorrupción" que dejará atrás la clase política tradicional. La élite política y empresarial que dirige el país, acusada de corrupción, lo mira con desconfianza. De hecho, la fiscalía ha intentado marginarlo para frenar su llegada al poder.
"Lo que el pueblo grita es 'basta ya de tanta corrupción' (…). Trabajaremos por garantizar instituciones que ganen su confianza (…). Esta victoria es del pueblo y ahora, unidos como pueblo de Guatemala, lucharemos contra la corrupción", señaló el presidente electo en su primera aparición luego del triunfo. Asegura que su mandato será "el gobierno de la nueva primavera".