Un grupo de presos islamistas radicales de una cárcel rusa en Volgogrado que posteriormente se identificaron como miembros del Estado Islámico, tomaron como rehenes a varios empleados de la institución penal, exigieron un rescate de 2 millones de dólares y un helicóptero para volar a Georgia. Mataron al menos a cuatro miembros del personal.
Las fuerzas especiales de la policía rusa comenzaron poco después una operación de asalto a la cárcel. La Guardia Nacional Rusa explicó que fuerzas especiales abatieron a cuatro prisioneros de la colonia penal IK-19 en la ciudad de Surovikino. El canal Baza señaló que “según información preliminar, un terrorista murió y otros dos fueron heridos durante el asalto”.
A su vez, el canal Shot indicó que los presos amotinados no lograron volar un chaleco de explosivos que llevaba puesto uno de ellos y que será comprobado por zapadores. Añadió que las fuerzas del orden lograron rescatar durante el asalto a uno de los empleados de la penitenciaría.
La gravedad del asunto obligó al presidente ruso, Vladímir Putin, a abordar el motín durante una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, donde escuchó informes del ministro de Interior y de los jefes de la Guardia Nacional y de los servicios penitenciarios. La prisión IK-19 de la región de Volgogrado tiene una capacidad de hasta 1.229 reclusos.
Este incidente en Volgogrado se produce después de que en junio se produjera una toma de rehenes en la prisión rusa de Rostov del Don. Los secuestradores han sido vinculados al grupo terrorista Estado Islámico.