El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció ayer que Canadá impondrá un arancel del 100 % a la importación de vehículos eléctricos chinos, así como otro del 25 % al acero y aluminio procedentes del gigante asiático. El portavoz de la Cancillería china Lin Jian declaró en una rueda de prensa que la decisión de Ottawa "hace caso omiso de los hechos objetivos", "pasa por alto las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)" y "es contraria a la tendencia histórica".
Lin aseveró que la medida "tampoco contribuye al proceso de transformación ecológica de Canadá ni a los esfuerzos mundiales para combatir el cambio climático".
"China expresa su descontento y su firme oposición", agregó el vocero, que añadió que la industria china de vehículos eléctricos "se basa en la innovación tecnológica" y la "competencia en el mercado para su desarrollo".
Lin instó a Canadá a "no politizar las cuestiones económicas y comerciales", al tiempo que avanzaba que China "tomará todas las medidas necesarias para proteger firmemente los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas".