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El abandono de pacientes en sus casas, es alarmante

Personas consideradas positivas por criterio epidemiológico cuentan cómo viven el aislamiento con ayuda de sus familiares y con remedios caseros.
Martes, 01 de septiembre de 2020 a las 16:00

La escasez de recursos humanos y el colapso sanitario es una realidad en Cipolletti. No solo la situación es extrema para aquellos casos más complicados, también los pacientes domiciliarios están padeciendo la falta de acompañamiento. Por un lado el seguimiento para saber cómo evolucionan no se hace con constancia, y hasta podría ser peligroso si se complica el cuadro clínico, por otro no hay asistencia social y la ayuda llega gracias a familiares cercanos y a la sociedad que dona alimentos y artículos de limpieza.

Más allá de que los contagios se están incrementando por reuniones sociales, hay personas que “no salieron a buscar el virus”, y tomando los recaudos necesarios se contagiaron igual. Por ejemplo  A. y su marido fueron contactos estrechos de un caso positivo. Los llamaron el primer día para informarles que no podían salir y que ellos iban a tener que llamar cada 48 horas para contar cómo se sentían. Por suerte este matrimonio no tuvo síntomas, Salud nunca contestó sus llamados. La asistencia social también estuvo ausente.

Otro caso más llamativo, sin ser covid positivo, es el de W. con fiebre -38 grados- llamó al 109 esperando lógicamente que llegara el equipo de salud a su hogar. Eso no pasó, tuvo que trasladarse él hasta el hospital viejo, “fue buena la atención” pero no lo hisoparon, argumentando que podía ser un “falso negativo”. W. volvió a su casa, le dijeron que podía aislarse o no, pero tuvo que volver a un control el fin de semana  y este miércoles le toca el último. No tiene un diagnóstico certero, pero en ningún momento lo “obligaron”  a aislarse. Situación rara por donde se la analice.

Y también está el  caso de R. y su esposa. Él tiene 60 años y es hipertenso, trabaja en un servicio de emergencias, ella es enfermera en Neuquén y por su trabajo viajaba en transporte público, tomando todos los recaudos, “con guantes, barbijo y gorro”al llegar a su hogar dejaba todo en el patio y se iba a bañar mientras R. desinfectaba todo. 

Ambos fueron considerados positivos luego de que su nieta de 5 años, a quien R. cuidaba, fuera hisopada.  “Nos llamaron para avisarnos que éramos positivos, que nosotros ya sabíamos cómo funcionaba esto, mi nietita salió bien, ella tuvo complicaciones pulmonares al nacer”, pero fueron leves los síntomas.

“Por ende quedamos nosotros (positivos), y se guiaron por todo lo que nosotros le dijimos. Yo empecé con síntomas al tercer día, picazón de garganta, toda la noche tosiendo, al otro día te levantás y la parte de la espalda y los pulmones te duelen, el pecho parece que se te parte, transpirando mal. El decaimiento, el dolor de articulaciones, que te cuesta pararte, se te nubla todo, dolor de cabeza, estaba abombado” relató.

El último episodio que lo asustó fue durante la madrugada, se le tapó la nariz y le costaba respirar, se levantó y empezó a respirar por la boca mientras intentaba tranquilizarse, “después tenía miedo de irme a dormir, por el miedo ese de no poder respirar”. R. estuvo siete días con estos síntomas y cuando se estaba recuperando fue su esposa quien empezó a sentirse mal.

“Yo lo que veo es que lo único que hacen es guiarse  por lo que vos le decís,  lo primero que te dicen es que no hay lugar, no hay camas. Uno se la tiene que arreglar acá solito.  Cuando vi que mi señora podía estar haciendo una neumonía, llamé al 109, porque ellos me habían dicho que llamara para una asistencia personalizada. Nunca vinieron. Así que acá estamos, ella está un poco mejor, y bueno acá estamos peleándola nosotros, con los remedios caseros, nebulizaciones y paf”.

Ya pasaron los 14 días desde que fueron considerados positivos, R. fue dado de alta, pero es precavido y no sale, su esposa aún sigue con síntomas.  El 28 los llamaron justamente para darle el alta a ambos, y fue él quien los alertó del estado de salud de la mujer. "Dijeron que le iban a hacer un seguimiento por dos o tres días" pero recién ayer lunes los llamaron. R. no alcanzó a atender ya que estaba nebulizando a su esposa. Los responsables de Salud no insistieron y R. y su esposa pasaron otro día más sin “seguimiento”.

“Es muy precario, te consultan que es lo que sentís, y sobre la consulta vuelven a llamar” dijo R. a este medio. En cuanto a la asistencia “vino una chica, nos trajeron una bolsita con un paquete de fideos, yerba azúcar y después no aparecieron nunca más. La asistencia la tengo de parte de mis hijos, pero ¿y esa gente que vive el día a día cómo hacen si no le llevan nada, a mí nunca me llamaron para ver si necesitaba algo”. 

 “Por lo que veo están más interesados en ver cómo te dan el alta, si tenés o no tenés síntomas para ellos es lo mismo, tiene (el sistema sanitario) muchas falencias". “Decí que a nosotros nos agarra bien parado, sino te voltea...la estamos contando”. 

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