Lamentablemente, las estafas con tarjetas no constituyen novedad alguna. Sin embargo, hay casos que llaman la atención, en virtud de sus aristas novedosas. Uno de ellos es que le ocurrió a un vecino de Viedma, al que le robaron en tiempo récord.
En el expediente judicial consta que, en marzo último, solicitó un préstamo en el Banco Hipotecario. De inmediato realizó distintos pagos con su tarjeta de débito y a los dos días notó que en lugar de 133 mil pesos, sólo le quedaban poco más de 6 mil.
Miró el resumen y vio que los ladrones hasta habían pagado una factura de luz, en Misiones. Fue al banco y le indicaron que debía hacer el reclamo (vía digital) en la casa matriz (de Buenos Aires). No solo no le solucionaron nada, sino que además volvieron a atacarlo los delincuentes, ahora para usarle la tarjeta de crédito (Visa) que evidentemente no habían bloqueado.
Indignado, volvió a la sucursal de Viedma y sólo encontró las respuestas típicas del manual de excusas, prolijamente redactado para maltratar a los clientes y no pagar.
El asunto terminó en la Justicia y el Juzgado de Paz de Viedma ordenó una indemnización por daño directo (en virtud de las sumas que no habían sido devueltas), daño extra patrimonial por “la privación del uso del dinero de su propiedad, además de la incertidumbre e intranquilidad que padeció”, y daño punitivo: “Los consumidores ligados a la entidad bancaria demandada terminan declinando sus reclamos por lo engorroso de la vía para hacerlos, o bien, recurriendo a una sede judicial para conseguir una respuesta positiva a su pedido”, advirtió la Justicia.