Hace más de tres décadas, Ricardo Nachman dejó Argentina en busca de su sueño de convertirse en médico forense. Desde su hogar en Israel, hoy se enfrenta a una realidad que supera cualquier ficción tras el ataque de Hamas el 7 de octubre. Ricardo, oriundo de Villa Regina, Río Negro, en la Patagonia Argentina, se mudó a Rosario durante su adolescencia y forjó su camino hacia la medicina.
A pesar de las numerosas oportunidades laborales en Argentina después de graduarse, Ricardo anhelaba explorar el mundo y aprender de diferentes culturas. Optó por Israel debido a su religión y, aunque el proceso no fue sencillo, logró revalidar su título y especializarse. Trabajó en morgues en lugares devastados por catástrofes, como el tsunami de Tailandia en 2004 y el terremoto en Haití en 2010.
Nada de lo que había enfrentado se comparaba con el ataque de Hamas en octubre de 2023. Cientos de terroristas ingresaron a territorio israelí, masacrando a personas en sus hogares y en una fiesta cerca de la Franja de Gaza. Para Ricardo, este acto careció de razón, llevando la violencia a niveles inimaginables.
Desde ese fatídico 7 de octubre, la vida de Nachman cambió por completo. Trabaja entre 18 y 20 horas diarias. A pesar de su experiencia en desastres alrededor del mundo, el estado en el que encontró los cuerpos, con heridas a corta distancia y disparos en la cara, lo impresionó profundamente. Niños, adolescentes y ancianos estaban entre las víctimas.
Las imágenes que presenció fueron impactantes. Cuerpos de bebés y jóvenes destrozados por balas de Kalashnikov. Sus hallazgos indican que la mayoría de las víctimas no tuvieron oportunidad de defenderse; fueron asesinados por sorpresa o mientras huían desarmados.
Después de lidiar con la horrorosa escena, sigue con la fase de identificación de los cadáveres. De las 1.400 víctimas contabilizadas por el Estado israelí, solo han podido identificar 510 de los 900 cuerpos revisados. En muchos casos, los cuerpos fueron quemados por los terroristas, lo que complica aún más la identificación. El proceso incluye buscar datos como la edad, tatuajes, radiografías dentales y huellas digitales, así como el registro de ADN.
Para sobrellevar el horror que enfrenta cada día, Ricardo Nachman encuentra refugio en su familia. A pesar del inmenso peso de su trabajo, sigue comprometido con sus actividades cotidianas, conectando con su hogar en Argentina a través de productos autóctonos. Ricardo es un testimonio de resiliencia y dedicación, un médico argentino que encontró el equilibrio entre el horror que presencia y su vida personal.