En épocas de inflación y sueldos bajos, las financieras aprovechan para hacer muy buenos negocios. Ante la necesidad, una jubilada se dejó convencer por las pubicidades engañosas de una conocida empresa que ofrece créditos a sóla firma. La mujer debió sacar otro y otro para poder cubrir los intereses, hasta que se presentó a la Justicia, que finalmente le dio la razón y falló contra Finanpro, nombre legal de Rapicuotas.
"¡Venis firmás y te vas!", dice el pegadizo jingle de Rapicuotas, una financiera con sede central en La Plata que desde hace años está instalada en todas las ciudades del Alto Valle. Según la demanda, eso convenció a la jubilada, que se acercó a la sucursal de Roca a pedir un crédito. Pero luego debió sacar dos prestamos más para hacer frente a la gran suma que debía pagar por los exorbitantes intereses.
Sin posibilidades ya de pagar, junto con su hija y su nieto, fueron a hacer el reclamo personal a las oficianas de la financiera. Ante el caso omiso, hasta enviaron una carta documento para logar acceder al pagaré y al contrato donde se detalla el dinero solicitado, la tasa de interés aplicada y el valor de las cuotas mensuales.
La financiera se negó sistemáticamente a brindar una copia y por eso la jubilada se presentó en la Justicia sin más documentación que los recibos de pago, pero sin la debida información del crédito solicitado. En primera instancia, un Juzgado Civil de Roca falló a favor de la jubilada, pero la sentencia fue apelada por Rapicuotas.
Finalmente, luego de esperar varios años, la Cámara Civil y Comercial de Roca ratificó el fallo inicial y le fijo una indemnización por 2,2 millones de pesos en concepto de "moral y punitivo". Los jueces explicaron que la empresa actuó de forma "maliciosa", ue atrasó el proceso y ocultó información que se solicitó desde el Tribunal.
Pero también apuntó contra los abogados de la fianciera, que presentaron un recurso de apelación sin una fundamentación real, sino que presentaron la apelación con escritos copiados de demandas anteriores. Por esto no les fijaron honorarios de pagos a los profesionales.
Esto llevó a sospechar de maniobras para eludir el pago de tributos y probablemente evasión tributaria
Es que además de ocultarle información a la clienta, también repitió la maniobra ante la Justicia. Debía adjuntar copias de movimientos bancarios, constancias de transferencias y libros contables obligatorios, pero lo hizo de forma incompleta.
"La empresa tuvo una oportunidad más de reforzar su prueba pero en cambio sigue ocultando información y documentación que es de presumir que tiene y permitiría esclarecer los hechos”, aseguraron en la sentencia, y luego agregaron: "esto llevó a sospechar de maniobras para eludir el pago de tributos y probablemente evasión tributaria”, ante la falta de pagos de Ingresos Brutos, obligatoro en la Río Negro.
Entonces, además del pago de 2,2 millones en concepto de indemnización, también los jueces ordenaron informar a la AFIP y a la Agencia de Recaudación Tributaria ante la "sospecha de evasión impositiva por parte de la financiera".