Aquella fuerza en sus manos para agarrarse de la barra representa la firmeza con la que se aferró a su pasión. Esa es la realidad que vive hoy en día María Eugenia Massei, una nutricionista que descubrió el pole sport de grande y se avocó a ello para abrir su propia escuela de un deporte que lucha constantemente para romper prejuicios sociales.
"Me da mucha vida", expresó con tranquilidad a Mejor Informado. Su voz, dejando a la vista el entusiasmo de hablar de algo que llega al centro del pecho, representaba también aquella calma que transmitió la presentación que la llevó al primer puesto de su categoría internacional.
Con 52 años, Massei ganó el Master +50 en el Argentino Pole Championship, lo cual la clasificó directamente al Mundial Pole Championship que se realizó en un prestigioso teatro de la calle Corrientes de Buenos Aires y del cual obtuvo la medalla dorada. Con una versión adagio de "Knocking on Heaven's Door" (Llamando a las puertas del cielo), deslumbró totalmente al jurado y trajo al Alto Valle un emocionante logro.
"Se llama Pole Sport, ese es el nombre actual que se le brinda, no 'baile del caño'", explicó. A diferencia de lo que suele pensar la sociedad, este deporte competitivo implica una exigente combinación fuerza, resistencia, flexibilidad y coordinación con elementos de acrobacia y danza alrededor de una barra vertical.
Nació como deporte federado en el 2009 a través de la Federación Internacional de Pole Sport que está en Londres, Inglaterra pero en Argentina se oficializó en el 2023, cuando se organizó el primer campeonato nacional. Maria Eugenia, como muchos otros competidores en todo el mundo, luchan constantemente por romper la propaganda erótica que la sociedad le da a esta disciplina.
Un deporte que crece y hace crecer
Hace más de 15 años, Massei fue una alumna pionera del pole sport en Neuquén cuando una profesora lo trajo a la zona. Desde ese entonces, lo que comenzó como una experimentación de algo en desarrollo, cada vez fue cobrando más vida y firmeza gracias a los seminarios y cursos que comenzaron a llegar al Alto Valle.
"Es un deporte dinámico", expresó. "Siempre te pide más, es desafiante y todo el tiempo te está dando el indicio de que sí se puede", agregó con seguridad.
Cuando tenía 37 años, o como ella lo describiría "al final de su carrera profesional", dejó su trabajo estable y seguro como nutricionista clínica en la salud pública para convertirse en una emprendedora y competidora de alto nivel.
"Esto es lo que yo quiero", expresó acerca de lo que le pasaba por la cabeza y el corazón en ese momento. Lo que la hacía despejarse tras un largo día rutinario, luego sería también su trabajo y medio de vida como profesora en espacios alquilados.
Luego, en el 2022, abrió las puertas de la sede central de Patagonia Pole Sport. Este centro deportivo está ubicado en la calle Santa Teresa 1950 del barrio y funciona hace tan solo dos años que no reflejan el crecimiento exponencial que han tenido. "Hablo en plural porque somos todos una familia", explicó con emoción sobre su propia escuela.
Este deporte permitió que Massei rompiera estereotipos día a día. Además, le enseña a sus alumnos -desde los 6 años hasta más de 50-, que cualquiera puede hacer actividad física y divertirse a la vez.
"Mi trabajo también es salud"
Gracias a aquel instinto que la llevó a decidirlo y al acompañamiento de su familia, la vida de Maria Eugenia dio un giro de 360 grados. "Soy emprendedora en esto, hay épocas de alta y también de baja, pero puedo hacer lo que me gusta", continuó con orgullo.
"Me encanta estar pendiente a mi espacio, a la gente y a mis alumnos", agregó. "Abordo la salud desde otro lugar porque el deporte es salud", expresó decidida.
Massei reflexionó acerca de lo que la motiva a levantarse todos los días de la cama. "El hecho de que los jóvenes puedan pensar que después de un trabajo profesional igual se puede cambiar", comenzó. "Es un mensaje de hacer lo que a uno le gusta y encima poder vivir de eso", dijo con una voz más calma.