En el marco de la campaña “Cero Basura Bajo Cero”, recolectaron 570 kilos de residuos en el Área Natural Protegida Tromen. La clasificación detallada incluyó 503 kilos de vidrios, 26,5 kilos de residuos típicos, 12,7 kilos de plásticos, 10,5 kilos de aluminio, 10,5 kilos de pilas y 5 kilos de baterías.
La iniciativa forma parte de una estrategia integral de gestión de residuos impulsada desde la administración del área protegida, con el fin de proteger la salud ambiental, humana y animal, y contribuir activamente a la mitigación del cambio climático y a la preservación del valioso entorno natural del Tromen, declarado sitio RAMSAR (tratado internacional que busca conservar y usar de manera racional los humedales) por su importancia ecológica.
“El equipo de trabajo estuvo conformado por guardaparques del Parque Tromen, personal de la Zona Sanitaria del Alto Neuquén, de la Municipalidad de Chos Malal y del INTA, en colaboración estrecha con las familias productoras de la zona”, explicó el guardaparque Jorge Gómez, uno de los impulsores de la actividad.
La campaña apuesta a la separación de residuos en origen para facilitar su tratamiento adecuado. Esto es complementado con acciones de capacitación para los pobladores locales sobre el manejo responsable de residuos y su impacto ambiental. Durante las jornadas, promueven la correcta clasificación de materiales, como vidrios, plásticos, pilas, latas y medicamentos en desuso, que luego son trasladados a Chos Malal para su procesamiento.
La correcta disposición de estos residuos es fundamental para preservar las fuentes de agua de deshielo, cruciales para la flora, la fauna y las comunidades locales, especialmente en un contexto de creciente vulnerabilidad hídrica debido al cambio climático.
“Esta acción concreta es un claro ejemplo de cómo las iniciativas locales tienen un impacto significativo en el cuidado del planeta”, subrayó Gómez, quien también destacó el trabajo de sus compañeros Rodolfo Freire, Belén Fuentes, Kevin Jara, Paulo Jara, Juan Pablo Mikuc, Pablo Zárate, y Ortega, del puesto sanitario de La Salada.
El enfoque interdisciplinario del proyecto —que involucra a especialistas en conservación ambiental, salud humana y animal, producción y tratamiento de residuos— promueve un modelo de desarrollo sustentable, donde el ambiente limpio y saludable es el pilar para el bienestar integral de todos los seres vivos.
La recolección de residuos fue realizada el miércoles. El jueves comenzó la etapa de separación y clasificación en las oficinas del área protegida, lo que marca un paso más hacia una gestión ambiental responsable y participativa.