El expresidente de Estados Unidos y precandidato presidencial, Donald Trump, dijo que los inmigrantes están "envenenando la sangre de nuestro país". Como respuesta, Bates afirmó que sus palabras "recuerdan a la grotesca retórica de los fascistas y supremacistas blancos violentos que amenazan con perseguir a quienes no están de acuerdo con el Gobierno”. También sostuvo que “son ataques peligrosos contra la dignidad y los derechos de todos los estadounidenses, contra nuestra democracia y contra la seguridad pública".
La Casa Blanca se alinea así con las recientes declaraciones de una portavoz de la campaña para la reelección de Joe Biden, Ammar Moussa, quien manifestó que Trump "ha repetido como un loro a Adolf Hitler, ha elogiado a Kim Jong Un y ha citado a Vladimir Putin mientras hace campaña para ser presidente con la promesa de gobernar como un dictador y amenazar la democracia estadounidense".
Trump hizo estas declaraciones en un acto de campaña en Durham, New Hampshire. Allí cuestionó que inmigrantes "de todo el mundo" estén "llegando al país". Tras el uso de la frase por parte de Trump en octubre, el director ejecutivo de ADL, Jonathan Greenblatt, vinculó su lenguaje con masacres por motivos étnicos en Pittsburgh en 2018 y El Paso, Texas, en 2019. "Insinuar que los inmigrantes están 'envenenando la sangre de nuestro país' hace eco de los temas de conversación nativistas y tiene el potencial de causar peligro y violencia reales.
Trump reiteró además su intención de "restaurar y ampliar" las prohibiciones de viaje que implementó por primera vez hacia algunos países en 2017 y se ha comprometido a "implementar un fuerte control ideológico para todos los inmigrantes ilegales". La prohibición de viajar afectó a muchos países de mayoría musulmana y naciones africanas, lo que llevó a los críticos a argumentar que tenía motivaciones raciales.