Durante la reunión que mantuvieron ayer los líderes del pacto de seguridad AUKUS, la alianza conformada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia para contrarrestar la influencia de China en la región del Indopacífico, se anunció que Estados Unidos le venderá a Australia hasta cinco submarinos de propulsión nuclear. También se definió un programa para la construcción de un nuevo tipo de submarino para las armadas británica y australiana con tecnología norteamericana.
Si bien el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que que el acuerdo no está dirigido contra ningún país, China no interpretó lo mismo. El gobierno de Xi Jinping manifestó hoy una fuerte oposición al acuerdo alcanzado por la Aukus, para desarrollar un nuevo tipo de submarino de propulsión nuclear a lo largo de las dos próximas décadas.
El portavoz portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin, dijo que Pekín considera que el acuerdo, “únicamente estimula una carrera armamentística”.
En sus declaraciones sobre el acuerdo, el presidente estadounidense, Joe Biden, dejó en claro que era parte del compromiso de su país “con un indopacífico libre y abierto”. El primer ministro británico, Rishi Sunak, fue más directo y habló de la “creciente asertividad” de China y “el comportamiento desestabilizador de Irán y Corea del Norte” que “amenazan con crear un mundo definido por el peligro, el desorden y la división”.