El presidente e Ecuador, Guillermo Lasso, decretó el estado de excepción en las 35 cárceles de Ecuador para detener la violencia tras la masacre en la Penitenciaría del Litoral, su prisión más grande y poblada, que dejó al menos 31 presos asesinados y 14 heridos.
Desde el sábado, la violencia se ha desatado en las cárceles ecuatorianas con el enfrentamiento entre bandas rivales que se disputan el control mediante disparos y explosiones.
Un total de 131 guardias y funcionarios de prisiones, retenidos en cinco cárceles de Ecuador, fueron liberados, según informó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), a cargo de las cárceles del país andino.
Desde 2020 las bandas criminales han protagonizado una serie de masacres carcelarias en varias prisiones donde han sido asesinados más de 450 presos.
“Las organizaciones carcelarias operan desde adentro de las cárceles, se disputan el negocio de la droga y otros delitos. No podemos negar que el crimen organizado ha penetrado al Estado, a las organizaciones políticas y a la sociedad. Se viene gestando desde hace más de una década y ha estallado en los últimos años con una violencia postpandemia que nos sorprende a todos”, dijo Lasso luego de una reunión de gabinete.
Por otra parte, el presidente exhortó a la Policía y a las Fuerzas Armadas a “actuar con contundencia” para enfrentar a la delincuencia, y pidió a sus miembros que usen el armamento de dotación cuando sea necesario para someter a los delincuentes.
En las últimas semanas, las fuerzas de seguridad de Ecuador desplegaron distintas operaciones en las cárceles para decomisar todo tipo de objetos prohibidos como armas, municiones y dispositivos de tecnología que ingresan de forma irregular a las centros de reclusión.