Una vez más, muchos de los países integrantes de la Organización de Estados Americanos priorizaron intereses políticos y económicos por sobre las garantías que requieren los ciudadanos para elegir y vivir en libertad, y respaldaron la continuidad del gobierno venezolano, cuestionado en casi todo el mundo tras las elecciones del domingo.
Once abstenciones gestionadas tras bambalinas por Brasil y Colombia, más algunas ausencias claves como la de México, fueron suficientes para dar por tierra con el documento que Estados Unidos, Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay intentaron consensuar para transparentar los resultados de los comicios.
El proyecto de Resolución exigía que el régimen populista exhiba las actas de votación y cese la persecución a políticos y ciudadanos que se manifiestan en las calles, repudiando la autoproclamación de Nicolás Maduro como reelecto por tercera vez en la presidencia.
Por un voto -se necesitaban 18 y se obtuvieron 17- los países integrantes de la OEA rechazaron los siguientes puntos incorporados en el proyecto :
1. Reconocer la participación sustancial y pacífica del electorado de Venezuela en las elecciones celebradas el 28 de julio de 2024.
2. Instar al Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela a que: a) publique inmediatamente los resultados de la votación de las elecciones presidenciales a nivel de cada mesa electoral, lo cual es un paso esencial; y b) como lo han solicitado los actores políticos venezolanos relevantes, se lleve a cabo una verificación integral de los resultados en presencia de organizaciones de observación independientes para garantizar la transparencia, credibilidad y legitimidad de los resultados electorales.
3. Declarar que es una prioridad absoluta salvaguardar los derechos humanos fundamentales en Venezuela, especialmente el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente sin represalias.
4. Resaltar la importancia de proteger y preservar todos los equipos utilizados en el proceso electoral, incluyendo las actas y resultados impresos, a fin de salvaguardar toda la cadena de custodia del proceso de votación.
5. Expresar solidaridad con el pueblo venezolano y compromiso a permanecer atento a la situación en la República Bolivariana de Venezuela, solicitando al Gobierno que garantice la seguridad de las instalaciones diplomáticas y del personal residente en territorio venezolano, incluidas las personas que soliciten asilo en dichas instalaciones, de conformidad con el derecho internacional, y en particular con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares”.
Tras ocho horas de debate, las 11 abstenciones y 5 ausencias que se contabilizan en el mismo sentido, fueron suficientes para que Maduro saliera fortalecido, y las diferencias del bloque quedaran en evidencia.
Brasil insistió en no votar en contra de la Resolución, pero negoció las abstenciones, logrando que el resultado final sea el mismo, porque permitirán que Maduro y todo el aparato de gobierno, pueda continuar con las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas contra el pueblo venezolano que con su masiva concurrencia a las urnas intentaba un cambio de rumbo, en una población con el 80 por ciento de pobreza y 8 millones de emigrados como consecuencia de esas políticas.