A pesar de la escasa presencia de funcionarios argentinos y referentes de la oposición en la Asamblea Anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Marrakech, el organismo multilateral no escatimó en advertencias sobre la situación actual y futura de Argentina. Los informes oficiales y las conferencias de prensa subrayaron la fragilidad del país y rechazaron la idea de la dolarización como solución mágica para superar la crisis.
Aunque el FMI no suspendió el programa con el Gobierno argentino, tras un desembolso de USD 7.500 millones a fines de agosto, advirtió que el acuerdo firmado por Alberto Fernández se encontraba "descarrilado". La continuidad del programa dependerá del resultado de las elecciones y de las medidas que tome el Presidente durante la transición, una situación similar a la que se vivió en 2019.
En la Asamblea Anual, Rodrigo Valdés, jefe del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, emitió una serie de advertencias que, si bien son en su mayoría conocidas, no carecen de contundencia. Resaltó los desafíos que enfrenta Argentina en la actualidad, incluyendo la alta inflación y la escasa protección social en un contexto de complejidad social.
Valdés enfatizó la necesidad de un plan económico sólido y creíble, respaldado por una firme mayoría, que se centre en el fortalecimiento de las finanzas públicas y la protección de los más vulnerables. Según el informe del FMI, se prevé que la inflación alcance un promedio del 122% en 2023, sujeto a la evolución del tipo de cambio y al grado de endurecimiento de las políticas.
Argentina experimentará la peor contracción económica de la región en 2023, con una caída del 2.5% en el nivel de actividad, siendo la única nación en recesión junto con Haití, que registrará una disminución del 1.5%. En contraste, el resto de los países de la región experimentará crecimiento económico, con tasas que van desde el 4% en Venezuela hasta el 1.8% en Bolivia. En cuanto a la inflación, Argentina ocupará el segundo lugar con un 135% proyectado para el final del año, después de Venezuela con un 250%. Haití ocupará el tercer lugar con un 30%, mientras que el resto de los países de la región mantendrán la inflación en un solo dígito.
El FMI señaló que los riesgos a la baja siguen dominando las perspectivas debido a la frágil situación económica y social, las incertidumbres relacionadas con las elecciones y la vulnerabilidad a los choques externos en Argentina.