Argentina enfrenta un aumento significativo en el costo de su deuda, ya que la tasa de interés que el país paga al FMI escaló del 7,1% al 8,2%. Este incremento agrega más peso a su carga de deuda soberana, llevando el total anual de intereses a una cifra que supera los US$ 3.200 millones. Estos datos provienen de un informe detallado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, que atribuye este aumento a las tasas internacionales en constante alza.
Esta elevación de los costos de intereses de la deuda alcanzó tal magnitud que ahora equipara los gastos destinados a programas sociales esenciales. De acuerdo con las tendencias en la economía global, los pagos de intereses de la deuda emergieron como el rubro más creciente en el Presupuesto Nacional, igualando lo que el Gobierno destina a programas fundamentales como la Asignación Universal por Hijo, los planes Potenciar Trabajo, políticas alimentarias y las Asignaciones Familiares.
Hasta el 30 de septiembre, los intereses de la deuda ascendieron a $2,3 billones, registrando un aumento real del 11,5%, por encima de la inflación. Esto se explica principalmente por los mayores pagos de intereses por préstamos extranjeros, en el contexto de un incremento de las tasas de interés a nivel internacional. Los pagos al FMI solos acumularon $514.921 millones en el año, lo que agrava la situación de la deuda argentina.
El informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso alertó sobre la disminución de prestaciones sociales en el tercer trimestre de 2023, con una caída del 7,1% en comparación con el año anterior. Además, se evidencian reducciones en las jubilaciones y pensiones (-3,5%), asignaciones familiares (-27,4%) y programas sociales (-12,6%). En contraste, las pensiones no contributivas experimentan un aumento del 4%.
Para aquellos jubilados y pensionados que no recibieron bonificaciones, esta situación se traduce en una pérdida significativa frente a la inflación, agravando las dificultades que se acumularon en los años anteriores. La escalada en el costo de la deuda y su impacto en los programas sociales plantean un desafío considerable para la economía argentina.