Se hizo conocido por aparecer en el video de un robo que se viralizó. Con todas las pruebas en su contra, la fiscalía y la defensa acordaron un cambio de carátula por una más benévola, que le permitió no ir a la cárcel si reconocía su culpabilidad.
El pasado 13 de julio, Ariel Nomi quedó registrado en las cámaras de seguridad de un kiosco. Junto con un cómplice, ingresó al comercio y pasó directamente hasta la parte de atrás en la que increpó con un cuchillo a la empleada. Quedó demostrado que le dijo “vos sabés cómo es la cosa" y la obligó a tirarse al piso.
Sacó de la caja registradora el dinero de la recaudación y cigarrillos. Luego escapó. El asalto duró un poco más de 30 segundos.
Pero cuando salió fue detenido en la plaza que está en frente por un policía de franco que estaba esperando el colectivo. Un cliente que estaba en el local alcanzó a salir cuando vio que se trataba de un asalto y avisó a las personas que estaban en la plaza: entre ellos, el policía que no dudó en intervenir.
Aunque lo detuvo, Nomi ya no tenía el dinero robado. Tampoco se pudo establecer a cuánto ascendía la recaudación. Tanto los vídeos de seguridad, como los testimonios servían de prueba para poder llegar a juicio y condenarlo. Sin embargo, el defensor Oficial Juan Piombo y el fiscal Diego Vázquez, llegaron a un acuerdo de juicio abreviado.
El hecho de robo agravado por el uso de arma blanca, pasó a robo simple que le permitió acordar una pena de 3 años de prisión en suspenso, por lo que no irá preso. Aunque sí establecieron normas de comportamiento y por dos años no podrá acercarse al kiosco.
Ante el cambio de caratula que lo beneficiaba, el delincuente admitió su responsabilidad en el hecho y estuvo de acuerdo con la pena acordada, que le permite no ir a la cárcel. También aceptó cumplir con un tratamiento psicológico tras asumir que sufre depresión y consume de drogas.