Matías Roco partió en el Paola Andrea el pasado 9 de febrero a las 4 de la mañana. La intención era pescar langostinos de manera artesanal. Seis horas después, la embarcación de fibra sufrió una vuelta de campana como consecuencia de las olas gigantes en medio de una marejada. Se conoció que no había registro de salida y el barco no tenía la habilitación correspondiente. En medio de un operativo realizado por Prefectura, pudieron rescatar a sus tres compañeros, pero el joven de 22 años permanece desaparecido.
Ante el reclamo de la familia y en especial de Jesús Roco, el padre del joven, la búsqueda no se detiene. Es más, se conoció que se incorporará a la búsqueda el Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica (BIPO) Víctor Angelescu, que llegará a San Antonio Este para hacer un rastrillaje en la zona de Caleta de los Loros, donde creen que la embarcación sufrió el hundimiento y en la zona donde fueron rescatados los tres sobrevivientes.
El padre del joven desaparecido se mostró confiado en la participación del BIPO en la búsqueda, en su cuenta de Facebook publicó: "Se que pronto te tendremos en casa "Mi Loco". Me acaban de dar la noticia que el barco está llegando mañana a la noche a SAO. Tengo toda la fe que te van a encontrar y así te traeremos a tierra amor. Ya falta menos que antes. JUSTICIA POR MATU "MI LOCO"".
El BIPO se encontraba realizando una misión en Las Orcadas, que tenía una duración aproximada de 35 días, pero en vez de regresar al puerto de Mar del Plata, estará unos días colaborando con la búsqueda. El equipamiento del buque le permite realizar prospecciones marinas. Y ya tiene antecedentes positivos en rastrillajes de este tipo: en julio de 2018 el Angelescu logró localizar el casco del pesquero hundido Rigel, que fue detectado a 93.3 metros de profundidad.
Como en aquella oportunidad, en caso de detectar algo que sea semeje a la pequeña lancha de fibra, se deberá chequear con otro tipo de artefactos, como ocurrió con el Rigel, en el que se requirió los servicios del guardacostas de la Prefectura Naval SB-15 Tango, que con un robot operado a distancia (ROV) pudo confirmarlo.
El BIPO también participó en las tareas de búsqueda del submarino ARA San Juan, que por la profundidad a la que se encontraba, no pudo ser detectado por los buques argentinos.
Ante el hundimiento del Paola Andrea, se inició una investigación en la que se determinó que la embarcación de 8 metros de eslora, construida de fibra, se encontraba en trámite de transferencia de propietarios y no tenía las certificaciones habilitantes para realizar la actividad de pesca artesanal.
Otra de las falencias detectadas es que nunca se realizó el despacho de la lancha, ni se hizo una declaración de roles, respecto a la nómina de personas que salían a bordo. Por eso, cuando se da la alerta de la embarcación que no regresaba a Playa Orengo, no había registros de que la embarcación había salido a pescar, ni datos de los tripulantes.