En la madrugada del domingo la Planta de Agua Potable de Centenario sufrió otro intento de robo. Gracias a los perros que cuidan el lugar el ladrón se fue frustrado. Los cables de cobre son el producto codiciado por los ladrones, que aprovechan una zona desolada para incurrir en el delito. Desde la dirección denuncian que los robos son reiterados y afectan el suministro constantemente.
"Todo el tiempo están queriendo robar. Siempre pasa lo mismo y estamos cansados", detalló a Mejor Informado Jorge San Martín, director de la Planta de Agua Potable en Centenario. "Es una zona bastante complicada porque no hay seguridad y uno se puede encontrar con gente armada. Estamos bastante vulnerables", avisó el hombre que no solo debe sufrir robos en la planta, sino que también suelen aparecer los vidrios rotos de los vehículos particulares estacionados.
El hecho tuvo lugar pasadas las 0:30 de del domingo y quedó registrado por las cámaras de seguridad del lugar. Allí se puede observar como un hombre intenta cortar los cables sin éxito. El héroe fue el perro guardián que lo salió a correr al ver su actitud sospechosa. Finalmente quiso volver al rato, pero tampoco pudo completar su operación delictiva.
Para cortar los cables los ladrones suelen usar machetes con el mango envuelto en cámaras de bicicleta, un artilugio casero con el que han logrado hacerse con el cobre en más de una oportunidad. "Es un cable de espesor grueso y mucho peso, así que les sirve para vender por kilo", aseguró.
(Foto ilustrativa).
Cada vez que suceden estos robos, los vecinos de Centenario se desquitan con los empleados de la Planta de Agua. Lo que la gente no entiende es que, en cada robo, Jorge San Martín y su equipo de trabajo deben demorar el suministro de agua para reponer los cables robados y poder darle electricidad al lugar.
Otro de los reclamos del hombre es en relación a la seguridad del lugar. Allí, en una zona descampada, los hechos de inseguridad son algo normal y recurrente. No solo en la Planta de Agua, sino también en los alrededores, donde en más de una oportunidad se han cruzado con vidrios rotos en sus vehículos o intentos de robo a mano armada.